26/5/08

Lokuras.

En los carteles van los importantes, este carro sólo es de comediantes.

Hola a todas:

Este post iba a ir de los mensajes sensatos en la boca de quien no lo esperaríamos. De las reflexiones profundas hechas por locos, imbéciles o ignorantes. De la sabiduría de los tontos. Y de que, quizá, eso es posible porque "del rollo de vivir" no saben más los doctos que los palurdos.

Pero en el transcurso de la redacción del texto (que a mí me suele tomar bastante tiempo porque corrijo y recorrijo), mientras pensaba en una meditación que lo ilustrase, me han asaltado de mala manera ciertos recuerdos. De esos llenos de melancolía y de "con lo que fuimos". Y me ha parecido que nada de lo que yo pudiera decir en favor de las corduras de los locos sería más esclarecedor que la declaración de uno de ellos, que en el pasado suscribí al 100%.

Seguro que ya han notado que, aunque este no es un blog musical sensu estricto, sí que tengo afición a la música. Hoy voy a ilustrarles la locura lúcida con un trozo de canción. Es una canción que un amigo y yo cantamos muchas veces, muchos ratos, a lo largo de dos semanas que pasamos en Nueva York en un congreso allá por el 2002. La usábamos siempre que nos encontrábamos con alguien obsesionado con el trabajo, con sus éxitos (científicos, se entiende) y que se tomaba demasiado en serio la vida. En fin, lo digo con cierta tristeza que seguro que no se lee, porque los años nos han llevado a ambos por diferentes sitios. Y aunque yo creo que aún me atrevería a entonar la canción, creo que él no está en posición de hacer lo mismo.

He corregido la ortografía original, plagada de kas, y el formato. Porque siendo menos "anarkopoesía" su lucidez resulta algo más impactante. Ahí va:

Se pasan el día hablando de la jornada de trabajo: a ver quién hizo más horas extras, a ver quién sacó más pesetas. Para pagar esas deudas, de la cocina y la nevera, garaje y televisor, el piso y la calefacción. ¡Y a mí me llaman extraño porque me tomo vacaciones casi todos los días del año! ¡Que les den por el culo! (yo me como otro pirulo).

No creo que Manolo Kabezabolo pase a la historia como un pensador mediano. Ni siquiera como un músico mediano. Ni siquiera como un músico. Sin embargo, como decía, a lo mejor merece la pena escucharle un rato. Un poquitín. Aunque luego se le llame anarquista infantiloide, hedonista irresponsable, despojo social, chupóptero, o lo que se quiera. Y se le ponga a parir mientras uno cierra caja, consulta el precio de sus acciones en internet o se asegura de que el despertador, efectivamente, sigue estando programado para sonar a las 6:13.

¡Qué bien nos saben esos 3 minutos de sueño que se le roban al día!

Y eso seguro que no lo sabe Manolo. Ni se lo imagina.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

para sakarme unas perrillas
korrerme una juerguecilla
ke dure el fin de semana
pegarme el lunes en la kama


Quien pudiera!!!!


Y me kago en diosssssss!

Anónimo dijo...

Y es que no entiendo esas movidas
yo no podría vivir esa vida
prefiero hacer mis trapicheos
unos mas guapos otros mas feos...

Fdo. Un comemierda que se levanta a las 7 y vuelve a casa a las 21.