24/2/09

Democracia.

¡Dios salve al Lehendakari!

Hola a todas:

¿No están ya hasta los huevos de las elecciones? ¿Lopez vs Ibaretxe?, ¿Touriño vs Feijóo?, ¿Lopez Aguilar vs Mayor-Oreja?, ¿Leoncio vs Tristón?...

¿No están, también (asumo que antes dijeron sí), hartas de que, sea cuales sean las elecciones que se celebren, se involucre la política de todo el estado? Ya esté en disputa el gobierno de Cantabria, el Cabildo de Tenerife o la alcaldía de Benagéber siempre está en juego la corona de los pesos pesados del Reino de España. Siempre se estiman futuras popularidades, consecuencias a nivel nacional de la victoria (nunca derrotas) y triples lecturas donde los partidos creen que se les dicta las acciones a seguir (casi siempre consistentes en más presión mediática y más populismo en forma de carne cruda para "sus" bases).

¿Los políticos existen para gobernar o para seguir en el gobierno? ¿Para qué trabajan? ¿Qué les incentiva?

Una de las molestas obligaciones que parece llevar apareada la democracia moderna es la necesidad de tomar medidas eficaces pero poco impopulares, que te permitan seguir ahí para los próximos carnavales (o fiestas de la patrona, o conferencia del G-20). Porque es mejor que estés tú que esté el otro... Desde luego, como es casi una tautología, no hay más remedio que apechugar con ello.

Sin embargo también parece claro, al menos a mis ojos, que nunca llueve a gusto de todos... o, lo que es aún más grave (desde el punto de vista electoralista), que a veces gobernar bien y encontrar soluciones exige tomar medidas impopulares.

¿Cuántos pantanos construimos en tiempos de Franco? Unos 580 (de 1950 a 1975) ¿Y ahora? Unos 340 (de 1975 a 2003)

Por supuesto que esto no es un alegato contra la democracia (el mejor de los posibles gobiernos, la única posibilidad de oír, en alguna medida, la voz de todos, de cualquiera, más o menos). Es un alegato al raciocinio: entiendo que a los gobernantes les gusta seguir gobernando y entiendo que les cueste tomar medidas impopulares. Y por eso las elecciones son no cada minuto (como en las ineficaces democracias asamblearias), sino cada cierto tiempo. Para, entre otras cuestiones, poder tomar medidas a largo y que los electores evalúen si ha habido buen o mal gobierno (en la medida que su tiempo, disponibilidad y el filtrado de los medios de comunicación lo permita).

La principal virtud de la democracia, el oír la opinión de todo el que quiera darla, es a la vez una de las cosas que complica la toma de decisiones de los elegidos (y eso está bien, pero sin pasarse… como los chistes de chiquito o la angostura en el gin tonic). Los pantanos se construyeron puteando a mucha gente, sí. Y eso es triste, sí. Pero es cierto que son útiles... pese a toda la oposición e indignación que pudieron levantar. Y esa posible oposición popular es lo que impide que en democracia se hagan más pantanos, centrales nucleares, basureros mancomunados, flexibilizaciones del mercado laboral, reconversiones de sectores, cambios de modelo productivos, etc. La impopularidad impide tomar medidas necesarias.
Es muy importante, gentes rojas de ira, notar que no pretendo decir que esas medidas mencionadas sean necesarias, sino que, aunque el que gobierne las considere NECESARIAS no se va a atrever a tomarlas; su “necesariedad” o no, como la de los pantanos y los juegos preliminares, no es sobre lo que pretendo argumentar.

Por supuesto que este es el pago de la democracia, una cierta pérdida de "eficiencia", una cesión al populismo. Y está bien, es lo que tiene que ser (una consecuencia necesaria), mientras no deje a los políticos maniatados.
¿Cómo reducir el grado se secuestro de las decisiones? ¿Cómo dar cierta libertad a esos que elegimos para que tomen decisiones, incluso dolorosas, por todos? Pues manteniendo una distancia entre una cita electoral y la siguiente suficiente para que se pueda demostrar que las decisiones tomadas, aunque dolorosas, han sido buenas. O no lo han sido.
¿Saben cuánto tiempo pasa de media en España entre unas elecciones "a vida o muerte" y las siguientes elecciones "a vida o muerte"? Cuatro años sería los esperable, o un valor cercano. Sin embargo, como media, sólo transcurren 230 días entre citas electorales. Es más, en ninguna ocasión han pasado más de dos años entre una elección y la siguiente. Y de los 48 periodos entre elecciones que ha habido en España solo diez veces ese periodo ha superado el año (excluyendo, por cierto, referéndums como el de la OTAN o el de la Constitución Europea).

Así no hay manera de dejar margen a los políticos (preocupados por su reelección) a "tomar medidas" de las que sólo se reconoce un efecto largo plazo... Es imposible

¿Cómo va a cambiar nuestro sistema productivo/nivel de dependencia energética/grado de permisividad con el tabaco si cada año es año electoral? Pasando constantemente por las urnas (y siendo ese paso siempre “crucial”) es imposible que nadie se anime a aplicar unas pocas de esas "medidas eficaces pero impopulares" que a veces nos vendrían tan bien.
Una solución es que las primarias del PP de Baleares no afecten a Rajoy, pero eso es difícil hacérselo entender a la prensa política (que de algo ha de vivir) y a los políticos modernos que necesitan hacer declaraciones públicas (sobre algo) para adquirir sentido. Otra es que se reduzca el número de llamadas a votar. ¿Es que no se pueden celebrar todas las elecciones a las diferentes administraciones del estado a la vez? ¿No ven que es un ahorro de dinero, energía e interés del electorado? ¿Tan importante es para una de nuestras CCAA sentirse soberana determinando la fecha de sus elecciones? ¿O es que alguien/los políticos creen que es mejor así, cada cosa por su lado?

Así visto, parece que son ellos mismos los que se cortan las alas, los que no se dan margen a la acción. ¿Les da miedo gobernar? ¿Prefieren limitarse a hacer lo que "la calle pide" en cada momento, siendo un simple altavoz de las medidas "rápidas e indoloras" que se suelen exigir?

Estas y otras preguntas sin respuesta quedan en el aire. Y, mientras tanto, que dios salve al Lehendakari. Y al Conselleiro.

Y si no, pues Eskorbuto a las elecciones.

20/2/09

Románticos.

Y si te vuelvo a ver pintar un corazón de tiza en la pared...

Hola a todas:

Una semana atrás nos cayó encima la sacrosanta y malparida festividad de san Valentín. Como últimamente la pasé solo, riéndome envidioso de las parejas que se miran a través de la luz de las velas, de los peluches gigantes y de los sobres de azúcar en forma de corazón. Lluvia de TE QUIERO y explosión de pompas de color de rosa (como las agujetas). Pop. Pop. Pop.

Ahí se escapa una…. POP

Eso de antes es el marco en el que me puse a sentirme melancólico (¿Quién podía resistirse?). A pensar en futuros imposibles que nunca serán y a añorar pasados perdidos. Y en pleno acceso melancolico recorde que hace años (muchos muchos años, pero muchos) alguien me dijo que no era nada romántico (¿Por haber ido a un sex shop a comprar un regalo de SanV... ? No ¿Por decir que el enamoramiento era una ficción de la mente, un engaño de las hormonas, que no era amor verdadero?... sí).

Y ahora las preguntas de rigor que, como siempre van de lo personal a lo personal pasando por diez minutos de meditación y una vuelta por la wikipedia:

¿Qué es ser romántico? ¿Lo soy? ¿Lo fui? ¿Lo seré? ¿Me servirá para algo?

Dice la RAE:
1- Perteneciente o relativo al Romanticismo (siendo el romanticismo un movimiento del XIX caracterizado por las ganas de suicidarse por tonterías y sentir la vida a tope, bañándose en lagos helados y yéndose a liberar Grecia... Lo importante es buscar la libertad ante todo y las ganas de romper con las reglas estrictas dando prioridad a los sentimientos).
4- Sentimental, generoso y soñador.

Respecto a 1, es difícil encajar en ese perfil, porque el mundo ha cambiado mucho y bla bla bla. Aún así creo que sentirme libre (que no serlo) me importa mucho (véase “La libertad os hará… ¿Libres?” y “¿Libres”)
Respecto a 4, analicemos los adjetivos de uno en uno:
Sentimental: ¿Pues no lloré viendo Toy story 2? Si no me creen, léanse algún (“La boda de mi mejor amiga”) post de los de ahí abajo.

Generoso: Vale que dejo que me inviten muchas veces al café... es cierto. Pero no es menos cierto que no me tiembla el pulso para levantarme a las 3 (A.M.) para llevar a alguien al aeropuerto, o devolviéndote los 50 euros que se te acaban de caer (¡pringada!). Eso sin contar mi generosidad asistiendo a todas las cenas a las que me invitan.

Soñador: Si les parece poco creer que este blog me va a servir para ligar ser poco soñados... Ah, que les parece poco... bueno, pues quise ser científico para hacer un mundo mejor... ¿mejor?. .. Tampoco. A ver esto: pudiendo haber sido fisio, príncipe o dentista opté por estudiar biología... aunque a un tris estuve de hacer filosofía. ¿Es ya bastante?

Yo diría que sí soy romántico. Como corolario a ser idealista, a que aspiro a que el mundo sea como yo creo que estaría bien que fuese. Y no al revés, adaptando mis creencias, gustos y necesidades a lo que el mundo es.

Era romántico cuando creía que enamorarse era un timo. Sí, porque yo quería que el amor fuese un acto de elección, consciente, evaluado, voluntario. No fruto de las pulsiones del cuerpo, que suelen partir de necesidades... y por tanto que no dejan mirar con libertad, sino manchadas por la urgencia.
Por eso defendía el amor sin enamoramiento. Porque era más real, hacía más justicia a las personas. Las quería querer por lo que eran, no por lo que me hacían sentir.
Por supuesto era una persona completamente incomprendida... era la época en que todo el mundo creía que el amor era algo que pasa, irracional, irreflexivo... Ya saben a lo que me refiero: a las noches sin dormir, las llamadas de teléfono eternas, el carrusel de emociones... A mí me parecían mentiras. Las mentiras del cuerpo, de mi cuerpo. Pero mentiras. Así que cuando todos querían enamorarse, yo me creía a Erich Fromm.

Ahora sigo siendo romántico. Eso sí, he aprendido a valorar los subidones que nos regala la fisiología. Los demás también lo han aprendido, pero para mal. Ahora a mi alrededor reina el pragmatismo en las relaciones. “Tienes que buscar”. “Si no buscas no encontraras”. Es un tratamiento funcional de los demás, es "consumo". Necesito tal (no estar solo, compartir una hipoteca, reproducirme, follar), así que voy a buscar a otro con las mismas necesidades y a fundar una S.A.
Pues bien, mal que me pese, sigo empeñado en no utilizar a nadie pa salvar mis necesidades, en no buscar demasiado (estar abierto sí, buscar no).

Como decía aquel, siempre a contracorriente. Loco por incordiar y disparando pan de higo. Queriendo hacer comulgar al mundo con las ruedas de molino de lo bonito y lo bueno y lo sensato, en vez de comulgar yo con las de lo satisfactorio y conveniente.

Ganará él seguro. Pero yo seré el último hombre en pie (léase “last man stand”).

¿Soy o no soy romántico?

¿Por qué cojones no lo son ustedes también? Serán muy bienvenidas al Club de los Imposibles.






N.dA.: Sí, con tanta referencia a post pasados parece uno de esos capítulos resumen de las series americanas en que, alrededor de una excusa, se pegan escenas de diferentes capítulos de la temporada.

22/1/09

Mamás.

Y es que la madre de José me está volviendo loco.

Hola a todas:

En este país en el que he ido a caer muchas mujeres tienen, por lo que se ve en la calle, la sanísima costumbre de ser madres pronto. Sanísima para el bebé, para ellas, para la humanidad y hasta para los abuelos Quizá sea falta de control (no de condones, que también, sino de control a la hora de beber) o el agua sin depurar y no su voluntad. Pero se ven muchísimas chicas que andan en los <20 con un chiquillo a cuestas... Tan rubias y rosas y tan monas. Y ellos, pobriños, tan pánfilos, tan bobunos…

El caso es que las ves, jóvenes y con brillo, y te dan ganas de saltarte todos los prejuicios a la torera. ¿Qué qué prejuicios? ¿Ah, que no se lo he contado? No puedo pensar (o no sin un escalofrío) en que las madres tienen relaciones sexuales. No hablo de follar con una persona que ha tenido hijos (menuda idiotez), sino de descubrir y valorar como objeto sexual a una persona a la que veo llevando un bebe en brazos, limpiando a un crío las rodillas en el parque o dándole un besito mientras se baja del coche. Es en ese instante en que la maternidad es patente en un gesto, en un comportamiento, en el que me parece impensable “mancillar” la idea con sexo. ¿Solo me pasa a mí? ¿En serio? Pues será culpa de la turbación que me produce mezclar el amor en barra libre que es la maternidad con la turbidez de sentimientos que produce el deseo puro (a morro, según sale de la botella). O quizá la explicación esté en que madres, como hermanas, todos tenemos una. El caso es que en España tengo un escudo reflector contra esta clase de pensamientos invasivos que aquí se desvanece, un poco más con cada impacto. Quizá sólo existía (¡qué poco dice esto de mis prejuicios!) porque en casa las madres no estaban tan buenas (porque las catalogadas como MILF allí son casi cuarentonas, mientras que aquí llevan los ricitos sujetos con un lazo azul pálido). Y no es lo mismo (una lluvia de guijarros que un meteorito de 10000T).

Esto siempre me lleva a recordar algo que me dijeron cuando estudiaba (¿genética humana?; ¿Embriología?). Algo que, probablemente, ahora ya no lo digan, por ser hoy tan “políticamente incorrecto”. Decían, digo, que la edad óptima para ser madre está entre los 17 y los 23 años… Claro que ahora nadie osará afirmar tal cosa cuando lo normal es tener el primer hijo pasada la treintena.

¿Por qué, entonces, esperamos tanto? Pues porque aunque ser madre prontito es bueno para muchas cosas y personas, no lo es ni para las carreras profesionales ni para los proyectos vitales (excepto aquellos consistentes en fabricar otra vida, claro). A mí siempre me habían dicho que es la liberación de la mujer, la modernidad, su incorporación al mercado laboral, lo que hace que las mujeres se tengan que esperar cada vez más. Sin embargo son las españolas las que se llevan la palma en la tardanza (de nuevo un gráfico, sí). Vamos, que el ranking de tardías lo encabezan nuestras mamás, seguidas de las italianas. Y las más jovencitas (salta a la vista) son las británicas.















Así que no es la modernidad, ni la incorporación al mercado laboral ni nada así. ¿Qué será, será? Pues yo, barriendo pa casa, le echo la culpa a nuestro piterpanismo patrio, ese que crece al sol en las terrazas de verano y se fortalece con el humo de los bares y el Martini con limón. El que nos hace tunear los coches (ensanchado unos 15cm a cada lado, llantas brain de 17, gomas nuevas 215-40-17). O tener figuras escala 1:3 de Rai Ayanami (o de Boba Fett) en casa (de nuestros padres).

Aún así es cierto que parece ser señal del paso de las décadas que las mujeres vayan teniendo los hijos cada vez más tarde (aunque echarle la culpa a la “emancipación” me parece arriesgado, pues pasa incluso en países de altísima independencia femenina, altísimas ayudas a la maternidad y altísimas a secas, como Suecia). Lo cual contraste con otro dato, muy interesante, que es el progresivo descenso de la edad de la menarquía (primera regla). Las noruegas, allá por 1850, tenían su primera regla a los 17 y ahora andan por los 13,5. O en Inglaterra pasó de 15 años en 1900 a 13,3 hoy día. O, si quieren datos más recientes (pero menos llamativos por las diferencias), en los estados unidos paso de 12,53 a 12,34 de 1988 a 1999.

Es decir, que las mujeres que viven en “occidente” podrían tener los hijos cada vez antes, pero los van teniendo cada vez después. Vamos, que el maravilloso estado de la juventud, entendido como el periodo pre-reproductivo de quienes ya somos maduros sexualmente, lo vamos alargando por los dos lados…

Imagino que pasa algo parecido con los hombres, pero no hay datos con que estimar esto. Porque no hay registros de la edad de la primera eyaculación, como tampoco datos fiables de la edad REAL de la paternidad (dado que entre 1/4 y 1/7 de los hijos, según diferentes estimaciones, no son hijos de quien cree ser su padre)
Otra cosa que se ve, clarísimamente, en el gráfico es que pese a que las españolas son madres mucho más tarde que las escocesas, la diferencia de año y medio que hay no justifica que las madres escocesas si me acerquen a incumplir mi costumbre de no mirar como mujer a la madre de alguien ejerciendo de tal.

¿Qué explicación me queda para mi taradura? ¿Qué son rubias? ¿Qué son rosas? ¿Qué me caí en la marmita cuando era niño? ¿Qué en realidad me ponen las madres jóvenes y que no me había enterado porque nunca había visto una?


Sea como sea, seguiremos resistiendo a mezclar la bella estampa de la maternidad con las ganas de meter a alguien la cama (por rubias y rosas y monas que sean).


¡Ah, no, que ustedes no se resisten! ¡Que ustedes se derriten cuando ven a un hombre joven ejerciendo de papá!




PD: Para la que no se sienta bien consigo misma y con la llamada de su reloj, les diré que hay estudios que afirman que, para la madre y a largo plazo, lo optimo es tener los hijos hacia los 34 (lo dice el sociólogo John Mirowski)

14/1/09

Un cuento colorao.

Verás que contento me voy a la cama y tengo lindos sueños.

Hola a todas:

¿Han probado a coger un avión de empalmada?

Yo tampoco.

Anoche estuve en un concierto del grupo que más veces he visto en directo (por goleada). No voy a decir quienes son por no hacerles publicidad gratuita que no merecen (no, al menos, entre señoritas de la clase y finura de ustedes). El caso es que aprovecharon que tiene más de 200 temas en su discografía (más de 200... pues sí, más) para sacar a relucir algunos de esos "grandes temas olvidados por casi todos". Me puse a darle vueltas porque, pese a tener ya mas de 15 años (no yo, la canción), está de plena actualidad (o no... o sí... que la tarara me gusta a mí). Paso a reproducirlo sin estrofar y que lo disfrute el que quiera:

El orangután se balanceaba con su talismán en la tela de una araña. El orangután tiene su orangutana y llueve maná para la manada. ¡Qué suerte da tener un talismán!

Un talismanito y dos talismanitas tiene el talismán con su talismana. Da felicidad a los orangutanes y a cambio vive en la tela de la araña. ¡Qué suerte da tener un talismán!
Si tiene talismán, él que juega gana. Salta de alegría y gana una medalla. Si es orangután, gana una banana. Y desayuna así todas las mañanas. ¡Qué suerte da tener un talismán!
En el cuento hay alguien con quien no se contaba: quien tejió el columpio fue la araña. Si se harta y lo rompe cabreada, caerá y se acabó lo que se daba. Y el orangután odiará su talismán.
El orangután y sus familiares no tendrán más telas ni juegos malabares. Se acabó el maná para la manada. Si hace hambre hoy, peor será mañana. No hay que confiar en un talismán.
Este es el uso que hacen los talismanes de las arañas y de los orangutanes. Si ves brillar algo entre los matorrales, piénsalo y nunca te agaches.

Joder, ahora que lo veo escrito, ya no me parece tan interesante. Ni tan comprensible. Ni esclarecedor.

Será el jetlag.

A lo que iba. Que aunque sea cierto que los esfuerzos que se hicieron para librarnos de los talismanes causaron más dolor e infelicidad de la que aliviaron, al menos alguien se puso manos a la obra. A currar en algo que no fuera salvar su propio culo y llenar su propio buche, sino el de todos. Un brindis (de resaca) por aquellos tiempos en que se creía que las cosas se podían arreglar.

Que no eran tontos, morena. Que eran valientes.

11/1/09

¿El secreto del éxito?

Podras venir y arrodillarte ante mis piernas.

Hola a todas:

Supongo que por el subtítulo extraído del fondo musical pop saben de que va a ir el post. Si no caen, les diré que barajé otras frases, como "Quiero comer toda tu vida" (by los Romeos) o "Y mientras yo me concentro, chúpala más adentro" (by Semen-Up, que inauguraron la triste y perdurable moda de modificar logotipos, de Colacao a Colocao, de Mahou a Mao, de Adidas a Jodidas…).

Buen tema para empezar el año, ¿no?

Antes de meterme de lleno en el tema (tranquilas, tranquilas), quiero comentar las infinitas posibilidades de análisis de que nos provee internet. Cientos de herramientas con las que conseguir datos que analizar. Desde el acceso a fuentes de información antes ignotas, como el INE (y del que surgen grandes posts en algún blogs) a herramientas que nos permiten analizar el trafico de la información. Como las mil herramientas que analizan cuánto, cuándo y dónde se lee tu blog (aprovecho para saludar a los lectores de Oceanía... ¡¡¡No os olvido!!!) y que da tantos dolores de cabeza y orgullo a los que la miran. O como Google Trends, la herramienta de Google que permite visionar el flujo de consulta de algunas palabras (ya saben, el porno gana a dios, viajar se mira más en verano, brasileñas más en invierno, etc). O como la información acumulada y desaprovechada (¿seguro?) en las votaciones de películas, libros y hotelitos rurales. O las nubes de palabras que te permite en un vistazo descubrir que Rajoy dice muchas más veces España que Zapatero. O esas madejas de líneas que genera Facebook en función de con quién sales en las fotos. Y así me puedo pasar la tarde…. Toda esa información, ahí, sin sacarle partido.

Todo el anterior párrafo viene a que, en mi afán científico, no he podido evitar encontrar una función analítica al motor de búsqueda y a las puntuaciones de los usuarios de una página como youporn (si no deducen de que va la cosa por el nombre, entren y en seguida se darán cuenta, supongo). Y esta pequeña indagación me da para este post (y, si me descuido, para un artículo en la Journal of Sex Research)

El motivo de interés fue, como podía haber sido otro, el sexo oral a varones (practicado por mujeres). ¿Qué les gusta a los usuarios de la página? (que no son uno ni dos).

¿Qué dicen?; ¿Qué hacer una mamada es facilísimo?

No sabría decirles, porque yo nunca me he puesto. Pero me dicen los de atrás que no, o no tanto (si se aburren, hagan el “análisis del calabacín”: practiquen con un calabacín de la forma y tamaño apropiado y si tras cinco o seis introducciones dejan muescas en su fina piel, es que no lo hacen tan bien como piensan). De todos modos el post no va de “mis primeros pasitos chispas”, sino de tratar de averiguar dónde reside la perfección.

Me propuse analizar los 50 videos mejor puntuados que están etiquetados bajo las tags “oral sex”, “blowjob”, “fellatio” (cero videos, los usuarios de youporn pasan del latín) y “giving head”. La idea era analizar en cuántos de estos videos se reproducían ciertos comportamientos, que definiré a continuación, para tratar de estimar que es lo que da más caché a una mamada.

Una vez recogidos los 50 videos descubrí dos cosas. 1) que muchos videos aparecen varias veces en la lista, bajo diferente nombre. Eso me obligó a incorporar una serie de videos adicionales, para no tener información repetida. Finalmente recogí el número de votantes y los votos de 71 vídeos. De éstos, 12 eran videos repetidos (uno de ellos, cuatro veces). Así que antes de seguir analizando computé las nuevas puntuaciones de estos videos y el número de gente que los había visto. 2) que entre los 71 videos, 25 los protagonizaba la misma chica (15 de los 59, si quitamos los repetidos). La tal Heather Brooke protagoniza el video más votado (antes de “recalcular” las puntuaciones de los repetidos). Y 8 entre los 10 más vistos (con las puntuaciones corregidas). Un total de 34.9 millones de usuarios han votado (en general favorablemente) sus videos. ¡Esta chica es el espejo en el que debieran mirarse!

De los 59 videos restantes, y antes de analizar los comportamientos observados, aún tuve que descartare 5 mas porque A) no había sexo oral en el video u ocurría de un modo muy marginal B) los habían puntuado menos de 300.000 personas o C) eran una compilación de videos (uno de ellos era una manifiestamente bochornosa sucesión de mamadas fugaces y culpables a los strippers de un boys… ¡¡señoritas, no sabíamos que la cosa se calentase tanto en las despedidas de soltera!!).

Finalmente quedaron 53 videos, que habían sido puntuados por 174,7 millones de usuarios (el más veces votado lo fue por 30,7 millones… y no, no sale Heather). Las puntuaciones tienen un rango de 4,69 a 4,43 sobre 5 (se pueden conseguir puntuaciones mejores pidiendo un análisis de un periodo más corto de tiempo; Yo solicité las puntuaciones medias del último año).

Los comportamientos que analicé los escogí por diferentes razones. Alguno los escogí al darme cuenta de que ocurrían frecuentemente, otros a sabiendas de que es esperable que gusten y otros asombrado de que a alguien le pueda interesar tal cosa. Los nombro, cada uno de ellos con una única palabra, tal como luego aparecer en el gráfico:

- DEEPTHROAT: La actriz (profesional o no) introduce completa o casi completamente el miembro de su compañero en su boca. Entroncando con este, podemos definir un segundo comportamiento:

- RETCHING: Es decir, de tan profundo que introduce el elemento en la garganta se producen arcadas (por suerte, al menos en estos videos, nunca vómitos). Las actrices expulsan una gran cantidad de saliva (¿Irán a trabajar en ayunas?) mientras componen una mueca de aparentado placer sobre un trasfondo obvio de sufrimiento (por ejemplo, a veces, se les saltan las lagrimas mientras fuerzan una sonrisa).

- SWALLOWING: La actriz traga, total o parcialmente, el eyaculado de su compañero. Esto a veces se acompaña de diversos comportamientos que se podrían analizar pormenorizadamente. Por ejemplo, a veces la actriz muestra ostentosamente su lengua para demostrar que lo que antes contenía su boca ya no está allí. En algunas ocasiones la actriz previamente ha recogido (con aparentada fruición) las gotas diseminadas. O, incluso, a veces la actriz hace gárgaras (sin comentarios) con el eyaculado.

-DISPONIBILITY: Por supuesto una de las bases del cine porno es la casi absoluta disponibilidad de las mujeres a practicar sexo. Pero aquí sólo evalúo si tal disponibilidad es obvia en el video. Un ejemplo ilustrativo: un tipo llama a su novia (Crystal) desde el coche y le dice que va a verla al trabajo. Ella sale de la tienda donde trabaja (una joyería), se monta en el coche, sin mediar palabra le practica la esperable felación y, sin más, se despide con un besito en la mejilla y se vuelve a la joyería.

-PUBLIC: Se refiere a cuando la felación se practica en un lugar público (como un parque, un ascensor, o la puerta de una joyería)

-NUTS: Cuando las caricias de la lengua se extienden a la zona del perineo y/o los testículos. Sólo en una ocasión se llegan a extender al ano, lo cual es notablemente diferente al número de veces que tal cosa ocurre en los videos donde el sexo oral lo recibe una mujer (esto daría pie a abrir el debate “Qué es considerado “homosexualidad” entre los varones”).

-FORCED: Se refiere a cuando en el video se muestra que la actriz es forzada a practicar la felación. Sólo lo considero así cuando hay alguna señal de violencia, no cuando el actor acompaña el movimiento de la cabeza de su compañera colocando la mano en su nuca.

- TWO: Dos mujeres participan en la felación.


Los resultados son los que se observan en la siguiente gráfica:




En un primer análisis diré que me sorprendió la alta frecuencia de SWALLOWING (cuando es una acción que no produce ningún placer al hombre) y, por supuesto, la presencia del RETCHING. Una y otra cosa, creo, resultan bien valoradas por denotar la absoluta entrega de la mujer y su disponibilidad total a cualquier clase de práctica (lo primero) o la completa dominación del hombre sobre la mujer (lo segundo). Aunque, la verdad, me resulta difícil comprenderlo (bueno, lo de las arcadas es lo realmente difícil). Por otro lado comportamientos que son muy comunes en las fantasías (PUBLIC, TWO) o muy comunes en la vida real (NUTS) presentan porcentajes muy bajos (bueno, este 1/3… pero es bajo para ser un comportamiento común, casi lógico).

Analicé, luego, tratando de encontrar donde residía el éxito, las diferencias entre el top ten y el resto. Otro gráfico para que saquen sus propias conclusiones sobre lo que los varones prefieren en una mamada (bueno, perdón, los usuarios de esa página web).




Como decía, este segundo gráfico muestra el % de los diversos comportamientos en los 53 videos y en los 10 más valorados. Hay que tener en cuenta que estos 10 primeros videos son casi todos protagonizados por Heather (que tiene una manera bastante estandarizada de practicar la felación: casi exclusivamente mediante DEEPTHROAT y casi siempre tragando el eyaculado en el momento mismo en que se produce).
Como se ve, FORCED, RETCHING y SWALLOWING suben bastante (el tercero al 100% de los videos), mientras que las fantasías comunes (PUBLIC, TWO) desaparecen de la lista. En resumen y mi entender les diré que cuanto más antihigiénica y menos placentera para la chica es la felación, aparentemente más gusta.

Antes de volverse completamente locas y castrar a su novio y/o hacerse lesbianas (lo segundo no es consecuencia de lo primero), tengan en cuenta las diferencias que hay entre practicar el sexo y ver porno. O, dicho de otro modo, la correspondencia entre lo que me gusta ver (p.ej. una hostia en jackass) y lo que me gusta hacer.

Aun así, creo que de estos datos se pueden extraer interesantes aplicaciones al día a día. Sobre todo si los sujetos tienen la posibilidad de cotejar como de placenteras resultan en la vida real las cosas que se ven hacer en la pantalla (comparar lo que me dice la vista y lo que me dice el tacto, vamos).

Sí están aprovechando este post para crecer espiritualmente y “encontrar nuevas vías en su relación”, por el mismo precio (cero pesetas, cero euros) les ofrezco la posibilidad no solo de aprender, sino de enseñar. Pues en la misma página hay un instructivo video (muy visitado y muy bien valorado) sobre como comer correctamente un coño (impartido por dos señoras evidentemente experimentadas) que parece ser infalible. Ya me dirán si es cierto.

Y nada más.

El libro gordo te enseña, el libro gordo entretiene... y yo le digo a su dueña, hasta la semana que viene.

24/12/08

Incunables.

Ajeno a las modas que vienen y van.

Hola a todas:

¡Menuda fiesta la de la otra noche! ¡Menuda despedida de año en el curro! ¿Estuvieron allí? Inolvidable, ¿no? Y eso que parecía que iba a ser lo de siempre, esa especie de coctel entre gente que no se conoce demasiado pero que convive íntimamente. Los sándwiches y la empanada, la tortilla fría con ali-oli, las conversaciones tan frías como la tortilla, la borrachera inútil del compañero de despacho, el blablabla sobre el vestido escotado de la nueva, la estratificación por edades y disciplinas...

¿Ah, que no estuvieron? ¿Que no saben de lo que hablo?

Pues de una fiesta de navidad de empresa que salió bien. En el sentido de que los asistentes lo pasamos bien, y no fue un mero tramite de esos de "ir y no caer mal, pero tampoco perder puntos siendo demasiado ...." (rellenar con cosas como gracioso, simpático, lanzado, sobón, lameculos...).

¿Por qué funcionó? Pues un montón de elementos, entre los que no peco de vanidad si destaco mi intervención. ¿En qué modo? Pues en tres interesantes papeles:
- Poner música muy bien elegida.
- Bailar sin pudor esa música tan bien elegida (nadie puede sofocar una sonrisa ante un tipo de cien kilos y camisa a cuadros bailando "Don Diablo"... y no soy gay)
- Fomentar que las chicas se animasen a bailar (esto es muy muy muy fácil en cuanto están algo borrachas y, simplemente, pones música rumbosa y no tienen que ser ellas las que se lancen).

Obviando mi interesante papel (y divertido... una vez que a uno le deja de dar miedo hacer el ridículo), mis saltos, mis voces, mis movimientos convulsos, mis ropas, cuadriculadas y con coderas, vamos a meditar sobre la música. Y sobre el baile.

Grandes ventajas de las canciones horteras: 1- suelen ser animadas 2- se pueden bailar sin miedo a hacerlo mal, porque hacerlo mal es modo natural de bailarlas 3- se las sabe todo el mundo, viejos o jóvenes, lo que fomenta el cante con base de berridos y el seguir el ritmo con la puntera. Evidentemente hay grandes detractores de las canciones horteras, que sostiene cosas como:
...son malas musicalmente y las letras dan vergüenza ajena. Vale, pero es que no queremos escucharlas en una sala de conciertos. Ni siquiera en el coche en un atasco.
...bailarlas es ridículo y me hace perder mojo. Pues nada, tenemos un fiestón animado con Wagner o con Sonny Rollins o con John Lee Hooker y nos vamos innecesariamente ebrios y aburridos a las once a casa. Eso sí, con todo tu mojo intacto.
...no me gustan. A mi tampoco. ¿Y que? Tampoco me gusta el puré de espinacas o Aída, pero entiendo que tiene sus virtudes y, por tanto, lo consumo (a veces con la nariz tapada).
...Me da vergüenza, propia y la que me causas tú. Bueno, lo entiendo. Se soluciona bebiendo un chupito de ron o bien dando culetazos a una moza acompasadamente al ritmo del dudua de "Busca lo más vital".

Igual no han caído aún en que llamo "música hortera". Pues es esa que casi nadie reconocería oír pero que casi todo el mundo conoce. "Melancolía", "Olvídame y pega la vuelta", "She bangs", "El tractor amarillo", "Caramba", "Limbo rock", "Desátame", "Marta tiene un marcapasos", etc. Vamos, lo que sabe tocar cualquier banda medio decente que toca en las fiestas populares. Y su abuela y la mía.

Meditación 2, que si tuviese tiempo y ganas trataría de fundamentar científicamente, pero es nochebuena y la cena me lo impide. A lo que iba. ¿Por qué a TODAS las mujeres, una vez que pierden la vergüenza, les encanta bailar? Desde las niñas que dejan muestra de su arte en el youtube a la catedrática que me pidió compartir con ella una copla. Desde la bailadora semiprofesional de salsa, pasando por la que gesticula haciendo de Olivia en Grease, la que ensayaba coreografías de Mónica Naranjo con la escoba o la alemana rígida pero sonriente. Y todas están encantadas (una vez que alguien rompe el hielo de hacer el ridículo, porque, por mal que lo hagan, no harán el ridículo por comparación). Por el contrario los tíos suelen limitarse a mover una pizca el culo y las puntas de los pies sosteniendo una copa y una sonrisa. Y limitan sus intervenciones bailísticas a los grandes éxitos del heavy-punk (en su modalidad soft, en plan "La fiesta medieval" o "The final countdown") o a la Lambada si tienen objetido definido y dispuesto.

¿Será una cuestión atávica que se conserva desde la prehistoria o de la época de los guateques, en que unos miran y otros han de hacerse ver? ¿O será un problema de miedo al ridículo, amparado en alguno de los supuestos "anti-pachanga" antes expuestos? ¿O es que a los tíos no nos parece tan divertido coordinar el movimiento de las caderas con el de los hombros como a ellas?

El caso, que la pachanga y las mujeres dispuestas a disfrutar de ella dieron vida (y larga) a nuestra fiesta navideña... A ver si dura la moda. Tampoco debe ser tan malo, si al final la mierda de siempre es la mierda que gusta, ¿no?


P.D. Dice mi hermana que no. Que jubile ya las camisas a cuadros, que el grunge está más caducado que un Rialcao. Que parezco la caricatura de una lesbiana barbuda, la viva imagen de uno de Valsaín o Earl el de "Mi nombre es Earl". Y, si encima bailo, el gordo maricón (¡¡¡¡no!!!!) de 4 bodas y un funeral.

Creo que los Reyes me van a traer camisas lisas.

21/12/08

La cena del burguer.

Haremos una guerra de muslos de pollo, de hogazas de pan, de conchas de centollo.

Hola a todas:

En esta época tan propicia para comerse la cabeza y echar de menos o más a la familia según falte o no, en que nos acordamos de los seres queridos y en que, para dejar de quererlos un poco, nos reunimos con ellos para comer marisco y destripar a los cuñados, en nochebuena con mis padres y en navidad con mis suegros, quiero hablar de las tradiciones.

¿De dónde nacen? Pues, supongo, de repetir un acto reiteradamente en el tiempo (desayunar juntos los lunes, ir juntos al poblado a comprar cocaína) un número razonable de veces hasta que, por aquello de que el roce hace el cariño, se nos hace imposible pensar en llevar a cabo tal acto sin esas personas (y lo añoramos si es que un día, porque está de vacaciones o porque se le ha llevado el sida, no puede venir).

¿Para qué sirven? Las tradiciones deben ser beneficiosas en algún sentido, porque proliferan con relativa facilidad. Una de las razones por las que, creo, son ventajosas es porque, si las comparten al menos dos individuos, sirven de punto fijo en el tiempo para encontrarse con los otros cofrades y hacer algo determinado, divertido (darse regalos) o no (un funeral). Algunas tradiciones implican a muchos (las doce uvas o el desfile del 12 de octubre, creo) y otras a uno o ninguno (la colada de los viernes).

¿Cómo y dónde se ubican? En general las que afectan a muchos se suelen colocar en momentos en que hay algo que celebrar en común (la llegada a América, el nacimiento de un niño judío y su posterior muerte), aunque, de estas, muchas son meras excusas (san Juan es el solsticio de Verano, san José la llegada de la primavera, la virgen de Agosto el comienzo de la vendimia y así). Muchas de las que afectan a pocos, también consisten en celebrar la duración de algo (un año de boda, un año de nacimiento, un mes en el paro...). Muchas se celebrán en la intimidad del hogar paterno, aunque algunas exigen espacios púbicos, por el número de asistentes (como la puerta del Sol o el campanario de la iglesia del pueblo).

A mi me gusta mucho generar tradiciones, pues me dan cierta certeza de no perder el contacto con gente que he querido (excluyendo la existencia del teléfono, el correo postal y el facebook, claro). Si la gente se acuerda y viene, además de recordar los viejos tiempos y ponerte al día en las pocas cosas que nos suelen pasar en la vida, también se pueden estudiar (y comentar) detenidamente los cambios que el tiempo causa a los asistentes (sobre todo si los ves de año en año), en las parejas de los asistentes (esto en voz baja y haciendo grupitos) y en los asistentes de otros años este año ausentes (y sus parejas, claro).

De todas las tradiciones que he impulsado, con diferente éxito (de las partidas los martes en mi casa nunca más se supo tras el primer resacoso miércoles, y la comida del domingo con invitado sólo duró una temporada), la que más me gusta es la cena del burguer. Nació de estar hasta los cojones de tener que reservar mesa con antelación y que luego nos clavaran miserablemente por comida malucha para cenar con los compañeros de carrera. Por eso es en el burguer (comida malucha pero barata y sin problema de sitio). La fecha también quedó fijada en el último día de clase antes de las vacaciones (o, a lo más, ese fin de semana). Y los invitados son todas aquellas personas que, a lo largo de nuestra trayectoria universitaria, nos hemos ido topando (eso incluye gente con la que fuimos a clase y, por acumulación, varias generaciones de gente a los que les hemos dado clase). Todos son muy bienvenidos, pero a mi me hace ilusión ver a los que menos veo (esto es, a los compañeros de promoción que no han seguido en la ciencia y que se han puesto a tener hijos y hacer dinero con desigual suerte).

¿Recuerdan el post de mi cumpleaños? Ese en que me extrañaba de la caída de la edad media de los asistentes a mi cumpleaños, y me preguntaba donde estarían los viejos amigos. Pues no se donde estaban, pero si se donde estuvieron anoche. En la cena del burguer. Media de edad, referida a mi, +0,6 años, y sólo un 23% de mujeres. Un exitazo.

14/12/08

Autocompensándome.

Palabras sólo como pasatiempos.

Hola a todas:

¿Saben en lo que consiste hacer una promesa?

¿Seguras?

Por si alguna no cae, consiste en decir que vas a hacer algo, y luego hacerlo. En plan "te prometo que fregaré los platos toda la semana...". A veces van con premio explícito ("...si me la chupas") o a veces implícito ("... y así no te enfadas cuando te diga que me he cargado el Polo"). Uno puede hacer una promesa a su novia ("te querré siempre"), a su padre ("me cortaré las melenas cuando deje de estudiar") o, a veces, a seres superiores pidiendo prebendas.

Yo soy muy de cumplir lo prometido (y ahora tengo el pelo corto y las quiero muchísimo a las dos). Pero ese no es el tipo de promesas del que quiero hablar (aunque tiene relación). Hoy voy a por las promesas a la virgen de la Armatosa (o similar).

Porque también soy muy de pedir favores a seres superiores... y, a cambio, les ofrezco sufrimientos futuros, monotonías futuras o atenciones futuras.

Sí, es raro. Sobre todo teniendo en cuenta que me considero más ateo que agnóstico, más biologicista que espiritualista y más sensato que imbécil. Y, aún así, le prometo cosas a alguien a quien no doy nombre, ni pongo cara... pero que puede hacer que las cosas ocurran, más allá de mí mismo.

Será un recoveco que dejó en mí 17 años de educación en el catolicismo (aunque mi "dios" no es un tipo benevolente y perdonador, sino más bien frío, cruel y justiciero, como el mataniños del antiguo testamento, los dioses vikingos o los terremotos). O quizá sea un atisbillo de la locura repetitiva por controlar lo incontrolable que putea, en forma de obsesiones, a parte de mi familia. O simplemente un recodo del castellano viejo que vive en mí, pragmático y materialista, que me posee y te responde un "por si lo hubiere".

De todas las opciones que barajo como causa (todas válidas y posiblemente todas indudablemente ciertas) yo me quedo con la compensación. Les cuento mi idea, por si gustan: imaginen que pido un premio Nobel... Ay, por favor, haz que me concedan el premio Nobel.... que me vendría estupendamente para conseguir una plaza fija en la universidad... Si me lo conceden:
- me iré andando hasta Navalmoral de la Mata, ida y vuelta, de espaldas y cargando 10 kilos de patatas, para demostrarte mi abnegación a ti, mi capacidad para sufrir en tu nombre y... y lo gilipuertas que soy.
- dejaré el coche en casa los próximos seis meses y así contribuyo algo a arreglar tu planeta, que está hecho un asquito
- dejaré de intentar ligarme a las mujeres casadas o emparejadas los próximos... seis meses, dando así satisfacción y bienestar relativo a un montón de potenciales cornudos

Ahora llega el día de la concesión de los Nobel. Si me lo dan.... Ole, ole, ole, mis huevos y los de mi dios, tengo el Nobel (alegrón y plaza fija, aunque ahora me queden varios meses de hacer el panoli... pero contento porque tengo el Nobel)
No me lo dan... Vaya putadón, que no me han dado el Nobel... Eso sí, me estoy ahorrando cargar con las patatas, que además ahora las podría llevar en coche, si me da la gana, y acompañado de mi compañera de trabajo esa que me habla todo el rato de lo poco que la quiere su novio... No tengo el Nobel, pero la de cosas que me he ahorrado.

Vamos, es lo que se llama diversificar las inversiones/alegrías. Es tratar de encontrar algo positivo en la frustración de un deseo. Aunque, a la vez, es cargar un poco de sufrimiento los triunfos, si llegan. Pero, personalmente, prefiero las tibiezas, la alegría tibia y la tristeza aliviada, que las montañas rusas (cuestión de gustos).

Acabo de notar que, últimamente, me esfuerzo mucho en sacar oro del lodo... ¿será el miedo a la plaga de matrimonios? ¿A la crisis? ¿Al día del juicio? ¿A seguir soltero 5 años más?

¿Se contradicen la cuarta y la primera pregunta? Rotundamente no.

10/12/08

Lo que me dijo anoche Ted Danson.

Los enemigos de mis enemigos también son mis enemigos.

Hola a todas:

El otro día viendo Damages (viéndola acabar) tuve una revelación (envidiosa) con algo que dijo Mr Frobisher/Ted Danson. Y era algo como "antes, como te pasa a ti, yo lo pasaba fatal teniendo a mis adversarios cerca... pero ahora, lo disfruto".

!Qué genialidad! ¡Qué sabiduría! ¡Disfrutando de lo incomodo!

Lo que me gusta es que no va en la linea fría y calculadora de la espía rusa o la hembra de mantis religiosa. No es en plan "me se de memoria el arte de la guerra", soy un estratega, se sonreír a Satanás, se casarme con Barbazul, se chupársela al abogao de mi exmujer. No es esa clase de relación (defensiva y proto-traidora) con quien odias, no lo hace por aquello de es "es importante tener cerca a los amigos, pero a media palma menos está bien tener a los enemigos"
No. Es un tío pasional, de sangre caliente, de esos que se emocionan con el vals de las bodas, llora con los anuncios de la DGT y se mete en una pelea porque han hablado mal de Nuria Roca. Una de esas personas que, antes, por ser tan sensible, se le daba la vuelta el estómago (y a las pelotas) cuando tenía que estar al lado de alguien que le odiaba.

Ted Danson (bueno, su personaje) logra el más difícil todavía: encontrarle gusto a lo incómodo. Al calzoncillo que roza, al zapato calado, a tu cuñada. A la invitación a Fernet cola. Al bautizo del priomogénito del director de ventas. Es el culmen de la superación de los sentimientos desagradable, convirtiendo lo molesto en un placer. Es el masoquismo pragmático que vendría bien aprender, la capacidad de convertir la perturbación que nos produce la animadversión de nuestros semejantes en una perturbación agradable.

Que esto exista es una alegría (potencial) para los ñoños como yo. Ahora que hay enemigos por doquier (¿cuándo no?), a ver si aprendo a disfrutarlos en vez de alterarme cuando están cerca, pasando del "disimula que se te nota" o el "te voy a partir la cara... aunque no me conviene" directamente al orgasmo. Me encantaría poder estar a su lado, pero no como una vívora, tolerando, esperando mi momento de venganza... sino como un auténtico demente, disfrutando del miedo, el desagrado o la preocupación que me causan. ¡¡¡Viviéndolos!!!

¿Es sano? Lo dudo. ¿Es práctico? Menos. ¿Es divertido? Parece que bastante. ¿Dónde está la academia de masoquistas? Ni idea (¿En un colegio del Opus?, ¿En Budapest?, ¿En mi pueblo durante la recogida de la cebolla?...).

Si alguna de ustedes sabe el método, que me lo diga, que yo ya he encontrado el sitio donde ponerlo a prueba. Se recompensará generosamente o con dolor, según se prefiera.

25/11/08

Cumpleaños, el regreso.

Mis amigos, con los que jugué, ¿Dónde estarán?.

Hola a todas:

Hoy, aquí, ahora, es el día, el minuto, el segundo. Llevo un año más vivo. ¿Cómo es posible? Ni idea, pero celebrémoslo. Follemos como locos hasta bien entrado mañana. O pasado mañana. Yo y ustedes cuatro. ¿O son cinco?

¿No? ¿No les apetece?

Me lo imaginaba (ya nunca cuela).

Además hoy no es mi cumpleaños. Fue ayer. Creo. Casi seguro. ¿O hace una semana?

No se, pero desde luego hoy no es. ¿Por qué lo se? Pues porque recuerdo haberlo celebrado (de eso voy a hablarles). Y, si lo he celebrado, es que ya ha ocurrido, no les parece.

Sólo que no quería desaprovechar la oportunidad de, con la excusa de que es mi cumpleaños, llenar mi cama. Como el que va al bingo el día de su cumple porque le invitan a cava.

Por si no se habían dado cuenta hasta ahora (o por si son nuevos, aunque lo dudo... dice Analytics que hace mucho que no entran novatos) me dedico a analizar datos, como profesión y, a veces, como hobby. ¿Datos de qué? Pues de lo que sea que le pueda buscar un fundamento biológico y que pueda resultar interesante, ayudarme a resolver los problemas del mundo o, en menor medida, que me permita publicar un artículo científico. Por ejemplo, vamos a analizar los datos de mis últimos cuatro cumpleaños. Bueno, sólo unos pocos datos. Poquitos. Lo juro.

¿Por qué de los cuatro últimos? Pues porque los he celebrado en el mismo recinto (mi casa) y porque guardo un recuerdo razonable de todos ellos, de los que participaron y de los que no.
Valoraré dos cosas. La proporción hombres/mujeres en porcentaje (suman 100... no tengo amigos de género incierto salvo uno que nunca viene) y la edad media de los asistentes, por género. La edad se presenta como diferencia de edad con el anfitrión (es decir, yo). Es decir, edad cero es que los tipos/as tenían mi misma edad (y la siguen teniendo, digo yo, porque aún ningunos ha dejado de cumplirlos...santígüense, que es lo que toca tras decir barbaridad semejante). Las diferencias de edad están en positivo (es decir, 1 quiere decir que yo les sacaba un año, 2 que les sacaba dos años y así sucesivamente). En el gráfico presento barras de error en la recta de las diferencias medias (sin separar por sexos). Esas barras representan el error estándar de la media (así que cuando no solapan quiere decir que las diferencias son significativas... dedicado a las pasionales de la t de Student, que se que las hay). En el pie del gráfico, debajo del año correspondiente, el número indica el número de asistentes y, entre paréntesis, la proporción de ellos que son chicas. Ale, ahora el grafiquito:



Comentario:

Bueno, para empezar se aprecian varias cosas interesantes. Uno, que a mis fiestas cada vez vienen más chicas. Dos, que además cada vez viene gente más joven. Se detecta un salto significativo (una disminución muy seria de la edad media) hace dos años. Además se observa que la edad media de las chicas es claramente inferior a la de los chicos (y muy claramente inferior a la mía) y que las asistentes rejuvenecen más cada año que pasa (¿no es una noticia en principio maravillosa?, aunque luego me de igual, pero es maravillosa).

¿No son buenas noticias? Pues, supongo que sí. Cada vez más chicas y cada vez más jóvenes... el paraíso de cualquiera de género masculino, desde sir Lancelot a Glen Quagmier. Además estar con gente joven rejuvenece un poco, ¿no? (o, al menos, no envejece). ¿Qué dicen? ¿Qué es un síntoma de inmadurez, de que sigo viviendo como si el tiempo no pasara por mi?. ¡Envidiosas!

Una segunda lectura a los datos, centrándonos en lo feo. Primero, que la tendencia es a reducir el número de asistentes (casi a la mitad desde el 2006). ¿Será que me estoy quedando sin amigos? ¿O que ya no hay afición por el altramuz? Segundo, que del total de personas que pasaron por mi fiesta de cumpleaños en estos cuatro años (42; sí, yo también me he sorprendido) sólo dos han venido a todas las fiestas (bufff). En la misma línea de falta de "fidelidad" de los asistentes, cada uno de los 42 ha estado, como promedio, solamente en 1.87 fiestas (joder, la media ni siquiera llega a dos fiestas por cabeza... definitivamente se ha pasado la moda del altramuz). Lo cual es extraño, porque a mí me parecía (hasta hace unas horas) que yo tenía un numero estable de fieles amigos, en la salud y en la enfermedad y etc... Pero claro, eso no cuadra con lo de que vayan rejuveneciendo (lógicamente, salvo casos excepcionales como Sofia Loren, la gente no rejuvenece con los años).

¿Son, entonces, malas las noticias? ¿Dónde están mis amigos? ¿El precio a pagar para que en tu fiesta haya chicas jóvenes? ¿No debería ser al revés y al olor de la carne joven se me tenia que llenar la casa de viejos verdes? ¿Serán los asistentes a mi fiesta deo 2016 los bebes que están naciendo ahora mismo? O, lo que es peor, ¿vendrán a mi fiesta gentes que aún no han nacido? ¿Y, en ese caso, que música voy a pinchar? ¿Tendré que prescindir de Rafaella?

No se si estoy contento o estoy triste. Voy a decidirlo mientras repaso las fotos, con las siete -6 bailoteando Alaska, sonrientes y lozanas. Y ya les informaré del veredicto.

17/11/08

Dolor postmoderno.

Nada es lo mismo que el nihilismo.

Hola a todas:

Antes de nada, si están buscando un texto intranscendente o simpático, hoy no es el día. Si siguen, se van a desilusionar.

El otro día me diagnosticaron, sin cita previa ni calificación profesional por escrito (pero casi) "dolor existencial". ¿Que de qué va el dolor existencial? Pues de lo jodido que alguien está (yo en este caso) por simplemente existir. De lo mal que ando de tantas vueltas que le doy al sentido de mi vida. Si lo hubiera o hubiese. Y, con él (como consecuencia) a cual es el modo sensato/correcto/eficaz de comportarse (de cara a ser uno más o menos feliz... o de cara a levantarse cada mañana a mirarse al espejo sin complejos... o de cara a tirarse o no al río a intentar rescatar a un niño que se ahoga).

Cuando lo cuento en casa se parten el culo, claro. Como el que se lo parte con el señor que se ha introducido un bote de laca y se lo ha partido sensu estricto. O la pareja que se ha quedado enganchada por los brackets de sus semiperfeccionables sonrisas. Es ridículo, sí. Pero también duele.

Así que no me interesa tanto darle vueltas a ese dolor, ni a ese sentido. Sino la incapacidad de los demás para entenderlo.

¿Por qué me duele existir? Y, sobre todo, ¿Por qué a mí más que a los demás? ¿Y por qué se ríen de mí esos niños?

Es una historia larga, en tres pasos (no se me aburran... he echado una tarde pensando en ello, y me apetece exhibirlo).

Paso uno: cuando era pequeño me corroyeron el cerebro con doctrina católica. De la dura dura. No tanto con usos y costumbres, ayuno, ceniza y misa del gallo, sino con un par de ideas de fondo muy dolorosas y envenenadas: asumir siempre las culpas, incluso las ajenas. Y poner antes al otro que a ti mismo. Eso era lo correcto, y así lo asimilé. Mi egoísmo natural, ese del que nos dota la naturaleza, no pudo con ello.

Paso dos. La adolescencia me trajo la revelación, con caída del caballo y todo, de que ese no era un buen camino, que no me satisfacía ni me hacía feliz. Y, sobre todo, que no era lo sensato. Con los granos y los accesos furtivos a las discotecas se vino también la rebeldía contra todos esos principios... Y me rompí. Ahora fui yo solito el que me corroí con esa mierda que todo el mundo dice haber leído. Primero mucho Nietzsche (soy el único ser vivo no extraterrestre que conozco que se ha leído el Zarathustra de la primera hasta la última a), pero también Kierkegaard y "Del sentimiento trágico de la vida". Luego lo intenté con "el ser y la nada", pero como no pude me embadurné con sus obras de teatro y su "Nausea". Y después algo de Ionesco, y casi todo Camus y Kafka. Supongo que es lo suyo... ¿Qué conclusiones saqué? Pues dos, que hasta entonces había sido un pelele feliz aunque equivocado y que, a partir de ese momento iba a necesitar mucha ayuda para volver a serlo.

Y ahí me quedé, en pelotas, atrapado por el marco filosófico de nuestra época. La muerte de la ideología. El cinismo. La satisfacción del uno como único motor sensato. El eclecticismo. El "nada es correcto o incorrecto". El yo como medida única de todas las cosas. El neoliberalismo en lo moral (todo vale si a ti te vale...)

Paso tres: Como ya no tenía modelos, ni neuronas para más textos duros, busqué ideas sobre "como llevar tu vida ahora que es tuya". Lo que podríamos llamar las consecuencias (literarias) de esta "pedida de principios". No eran buenas noticias, me parece. Desde "Menos que cero" a "Historias del Kronen". De Bukowski a Carver. La edad de los seres vacíos. O llenos de mierda complaciente. Algunos conscientes, otros simplemente ridículamente contentos. Y, antes de decirme, ¡bah, eso es literatura!, echen un ojo alrededor. Parece que a nadie se le daba demasiado bien ser feliz. No era fácil con objetivos ni reglas pre-dadas y, quizá, era aún más difícil sin ellos. Y ahí seguía yo, sin saber que hacer ni como hacer (seguía y sigo, claro).

Aún así no me desanimé y me puse a construir un pequeño conjunto de reglas, de mis reglas, que esperaba me sirviesen para ser algo más feliz, para darle un sentido a levantarme cada mañana. El sentido de mi vida va a ser X y para ello lo que tengo que ir haciendo es Y. ¡El mundo va a ser un lugar mejor si yo tomo mis propias decisiones! ¡Si yo y los demás tomamos nuestras propias decisiones!

Con lo que me costó librarme (parcialmente, claro) de las cadenas católicas para llegar a este "mundo sin objetivos ni reglas". Y ahora lo odio. Odio el "yo primero", la existencia como justificación de la vida, la degeneración del existencialismo que es la carencia absoluta de principios, el hedonismo absoluto y el relativismo moral. Quizá lo odio porque me siento inseguro, porque me crié en un mundo de reglas y objetivos sobre el papel muy claros, donde estaba prácticamente escrito que era lo correcto y lo incorrecto. O quizá porque sus consecuencias veo que no me hacen especialmente feliz. Ni a mí ni a nadie.

La solución que todo el mundo parece adoptar, ese "paso a paso", "día a día", "disfruta del momento, de las pequeñas cosas" y etc no parece funcionar conmigo. La otra solución, más común pero más difícil de ser reconocida, del "no lo pienso mucho y me voy dejando liar en compromisos diversos hasta que de tantos que cargo no puedo levantar la mirada del suelo para mirar más allá del próximo paso", no parece que me vaya a hacer muy feliz tampoco.

Me estoy perdiendo, porque este no pretendía ser un post autobiográfico. Mi historia quería ser sólo un marco para preguntarse por qué cuando me lamento de este dolor no sólo no es compartido, sino que es objeto de burla: "piensas demasiado", "a ti lo que te pasa es que no has tenido que trabajar en la vida", "te aburres mucho, deberías echarte novia o tener un hijo, lo que te salga más barato", "si me importase el sentido de mi vida hubiese sido cura y no ingeniero de telecomunicaciones", "pensar en eso no sirve para nada ni te va a hacer más feliz" (seguramente esto es cierto, pero yo no puedo evitar hacerlo) y etc.

No entiendo por qué, como las famosas hemorroides, sufro este dolor en silencio, sin nadie con quien compartirlo (o compartirlo y recibir automáticamente unas orejas de burro). ¿Tan ridículo resulta mi malestar, mis dudas? ¿Tan poca empatía despiertan? ¿Es qué nadie más lo siente o lo ha sentido? ¿O es que todos mienten? ¿O yo estoy mal de la cabeza por pensar en estas cosas? ¿Cual es la solución? ¿Es que no hay solución? Y, si no hay solución ¿cómo lo soportan?. Y, si saben que no hay solución pero han aprendido a soportarlo ¿por qué se ríen de mí, que no he sabido?

¿Han llegado hasta aquí? Ya les dije que si necesitaban un texto intranscendente hoy no era el día. Y ya lo siento. Si, en cambio, tras leerse este ladrillo me entienden, comenten el texto con sus compañeros subrayando las ideas principales.

Si, además, por casualidad, por fortuna, por aburrimiento, estaban buscando echarse por novio a un tipo atormentado como los filósofos de finales del XIX, yo soy su hombre. Si lo que quieren es un hombre competente, seguro de si mismo y satisfecho con su día a día y con la pastaza que gana, les puedo dar el teléfono de mi amigo el teleco. Aunque, les diré, la mala vida que gasta le ha dotado de una cierta barriga, muy poco sexy.

7/11/08

Comunicadores.

Oigo cintas que he grabado con mi voz.

Hola a todas:

Hasta ahora no había tenido tiempo de quejarme (por escrito, de viva voz he sido un tormento) de una de las consecuencias que sufro a causa de las prejubilaciones en El Ente (con mayúsculas, por supuesto). Unas consecuencias que hacen que cada mañana acabe tan cabreado como si empezase el día escuchando la COPE, pero sin escuchar la COPE. Porque, a fin de cuentas, me veo obligado a desayunar opiniones.

Desde hace bastantes años me dejo acompañar por la radio en el cotidianamente arduo periplo que va desde la cama al tajo (con minúscula). Creo que es un vicio común entre la gente que vive sola. Y entre los gatos domésticos que viven con solterones (y también de los All Bran). O, quizá, es un vicio familiar. El caso es que era ferviente fan de Radio5 (antes "todo noticias"): los acontecimientos destacados del día en un par de lineas cada uno, salteados con información del trafico, con las iniciativas del ayuntamiento de Coslada y con pequeños espacios informativos, canapés, dedicados a aspectos variaditos, desde la música disco a los decesos, pasando por las vicisitudes de un administrador de fincas.

Pues acabó.

Desde que comenzó esta temporada en septiembre, supongo que por ahorrar, "El Ente" pincha la señal de Radio1 de 7 a 9... Es decir, adiós noticias breves, escuetas y resumidas, hola Juan Ramón Lucas.

Ni mal, ni bien este señor. Como cualquier otro, canoso y con gafas. Pero es que la opinión es pocas veces información. Apenas me importa lo que puedan decir del mundo los directores, editores o columnistas de seis medios. O, visto de otro modo, sabiendo para quien trabajan yo puedo dictarles, a priori, letra por letra, su opinión.

Si al menos fuesen expertos en algo, si supiesen más que yo de alguna cosa de interés... no se. La opinión sobre un accidente aéreo de un piloto, sobre el precio de las patatas de un agricultor, sobre la crisis ninja de un jubilado bien informado metido a bloguero... Pero la opinión de un profesional de opinar, de alguien que sólo se distingue por conocer las noticias un poco antes que el resto y que simplemente nos las canaliza/filtra/sesga no me vale para nada. No es informativa.

Las opiniones de opinadores, de gente que habla sobre cosas de las que no sabe más que yo, me merecen la pena sólo cuando no son previsibles. No es fácil, lo se, encontrar un opinador original. Pero a veces uno se encuentra intelectuales/escritores haciendo caja o promocionándose por los medios que viven fuera de las corrientes generales. Y les puede parecer mal la monarquía y bien el aborto, bien el comunismo y mal los matrimonios gays, mal la cocina tradicional y también mal los grandes chef. Son casos raros, pero con alguno he tropezado. Y aportan la originalidad de pensamiento (si es coherente, y no delirante a lo Dalí) de la que carecen la mayoría de los informadores adscritos a un medio. Quim Monzó o Antonio Gala en sendas entrevistas en Buenafuente, el terrible Sanchete Dragó (que por aborrecible no divaga de forma menos fascinante), incluso el señor de Prada (que opina sin saber e inventándose cosas.... pero junta churras con lobeznos de un modo muy original).

Claro, intenté encontrar algún cauce de información que tuviese cierta similitud con mi añorada radio5: noticias breves, escuetas (de modo que la opinión no cabe), muchas y vertidas de continuo. Como la antigua radio-minuto (¿se llamaba realmente así aquello de "son las sieteycincuentaycinco... bombardeo israelí en Gaza con cinco fallecidos....son las sieteycincuentayseis"?). Pero no hayé más que gritones opinando, emisora tras emisora.

Lo más genial de todo esto es que nadie parece entender mi indignación/asombro. ¿Para que quieres oír las noticias crudas, tampoco está de más/molesta la interpretación?

Pues, primero, porque los interpretadores de las noticias me dejan la sensación de guardarse los argumentos en contra. Vamos, para poder creerme que las noticias que me dan son TODAS, o todas las que caben. Y, segundo, porque tampoco tengo necesidad ninguna de que nadie me diga lo que él piensa, a no ser que sea algo absolutamente innovador.

Así descubrí que a mi alrededor a la gente lo que le encanta es que los opinadores corroboren sus opiniones, las inflamen, las multipliquen y se las devuelvan una y otra vez, repetidas hasta la saciedad, en un eco que por repetición espera convertir en cierto lo que sólo es opinable. Y así ves que la gente está encantada con el gurú mediático que opina, exactamente y punto por punto, lo que opinan ellos. No es sólo que ya no les interese conocer todas las noticias, ni que alguien te certifique si esas noticias son verídicas o no. Es que se pierde la única función que puede tener oír opiniones, que es la posibilidad de encontrar nuevos enfoques. Porque sólo escuchan lo que quieren oír, lo que uno ya sabe, buscando constante confirmación de la razón que uno tiene. Una salmodia a varias voces, recreándose en creencias que por compartidas y emitidas a las ondas son más ciertas, más cimientos.

Yo y los mios, tu y los tuyos... y conmigo o contra mí.

Da entre pereza y miedo.

El caso es que sigo con Juan Ramón Lucas, porque me parece que lleva menos sesgo. O porque todos los demás me parece que llevan demasiado. O, más bién, porque a las 9 vuelven a darme "todo noticias". Y yo no llevo prisa.

27/10/08

Squirting.

Allí estaba cayendo agua pa llevarse 3 meses sin regá las masetas.

Hola a todas:

¿Saben lo que es el squirting?

Pues casi mejor para ustedes. Porque si lo saben, sobre todo si lo reconocen por ese nombre, es que son aficionadas (muy aficionadas, cuasiadictas) al porno moderno. Que no es lo normal, lo se.

A mí es que no me queda otro remedio. Lo hago por puro interés científico, por entender las tendencias.

En fin, squirting es lo que hasta hace nada (¿un año?, ¿dos?) se refería como eyaculación femenina. Ahora que en el porno se ha puesto tan de moda (¿no lo creen? pues echenle un ojo a las webs de por ahí... no voy a decirles cuales) le hemos buscado una dominación mas glamurosa. Y es que hasta la más pintada demuestra lo bien entonados que tiene los músculos de la vagina expeliendo un litro (no se engañen, no son prodigios de la naturaleza: lo que emiten entre alaridos fue previamente introducido ahí, porque en la población normal no afecta a mas de una cada diezmil).

Digo que es ficticio no porque lo sepa de buena mano. Simplemente lo deduzco. Porque no me creo que todas y cada una de las mujeres a las que les ocurre se dediquen al porno. Que es la otra explicación posible.

Si para averiguar lo que es no quieren acudir al youporn, lo retratan muy explícitamente en un capítulo de la primera temporada de Californication (con Mulder sabiendo superar el ser Mulder... fenomenalmente).

Durante años en mi única relación con la eyaculación femenina era tratar de averiguar si aquellas emisiones viscosas que mis parejas generaban ocasionalmente eran o no eran propiamente lo que los médicos llamaban eyaculado femenino. Tras consultar libros, me parecía que no (¿Que mas daba? pues eso digo yo... interés científico, como les decía). Y, de pronto, conozco personalmente dos casos.

Y, sinceramente, no parecen contentas.

Es muy difícil explicar a tu familia por que cojones habéis reservado una suite nupcial con dos camas. A la familia, a los del hotel y a cualquiera que no sea tu ginecólogo. Porque claro, es difícil dormir en una cama en que, si llegas al orgasmo, quedará empapada con medio litro de líquido. Al principio está tibio, pero luego duelen los riñones.

Tampoco es fácil ligarte a un tío una noche y, antes de juntar el valor de meterlo en tu cama, juntar el valor para explicarle lo que va a pasar. Y, desde luego, ni pensar en hacerlo en su casa (ni en su coche, ni en el rellano de su ascensor, ni en el baño de un bar)... es difícil convencer a alguien para que recién follado coja la fregona y recoja algo que, básicamente, parece pis (y huele como el pis). Bastante suerte tendrás si el tío no se muere de asco cuando tenga la sensación de que le estás meando encima (los hombre, al final, no están tan dispuestos como dicen a cualquier cosa por echar un polvo).

Así que no las envidien. Tampoco sienten más placer. Ni son mas atractivas para casi nadie (salvo para algunos/bastantes pajilleros internautas). Sólo más originales.


La verdad es que me hubiera encantado haber averiguado alguna solución para este problema para estas dos chicas. Que, sinceramente, lo pasan mal (sobre todo la soltera) porque su vida sexual resulta un poco traumática.

13/10/08

Sábado en la noche.

Salir, beber, el rollo de siempre.

Hola a todas:

¿Será esto un síntoma de vejez?

Llegué el viernes reventado a casa y me tragué una serie de la tele (una de ladrones de la uno, que es un poquito pretenciosa, pero se deja ver... creo que por eso la quieren quitar). Luego me puse con el libro que tenía entre manos (El fantasma de Harlot) hasta acabarlo. Me acosté a las dos. Me levanté el sábado tempranito, hice de ama de casa, cociné, comí, sesteé, y me puse con otra lectura que llevo a medias (El siglo postmoderno). Cuando se hizo bien de noche me vi dos películas (El apartamento y la reina de África). Me volví a acostar a las dos. El domingo volví a amanecer a las 10 (es un don natural), desayuné con mi madre (un brunch, al que mi madre llama "desayuno contundente", que me ahorró cocinar), di un paseito, vi un rato la tele, empecé otra novela (porque el siglo postmoderno es muy indigesto) "La conjura contra América" y me vi otras dos pelis ("Secretary" y "Los amantes del círculo polar"). Luego, un rato antes de acostarme, hice unas pocas llamadas telefónicas para informar de que sigo vivo.

Contando mi fin de semana me encontré una situación curiosa: alguien me contó con cierto fastidio lo trajinado del suyo (incluyendo la visita a un polígono a buscar cocaína, colas en garitos, dos pedos terribles, sendos serios sablazos, sendos resacones de garrafón, reparto de participantes a sus casas ya de día...) y me preguntó, con estupor, si no me parecía terrible haberme aburrido tanto el fin de semana. Madre mía.

Pues no. Pero debe ser que estoy mayor. Porque no puedo entender que después de haberme descrito esa mezcla de "Menos que cero", "Trainspoting" y "Jo, que noche", y no con voz divertida sino triturada, te creas que yo lo he pasado peor que tu.

¿Es que pasar un buen fin de semana tiene que querer decir "marcha a tope"? ¿Crees que sería más feliz si mis fines de semana fueran más como los tuyos? Y yo que estaba encantado de haber tenido un fin de semana "para mí" y resulta que mi tranquilidad produce lástima.

Le dije que a mí "el rollo de siempre", las multitudes, las necesidades ajenas de expansión tras una dura semana de trabajo, el desmadre, el descontrol y las multi-multitudes me tocan los cojones. Para mí eso no es pasarlo bien. Ni para ti, cuando te pares diez minutos a pensarlo.

Conclusión, que aún no sabemos distinguir lo que nos gusta de lo que nos tiene que gustar, me parece a mí. Eso, o que el nihilismo nos consume, lo que llegue primero. Claro que cuando se lo dije me vino con la de "siempre has sido un raro, de verdad... pasan los años y sigues sin entender nada... hay que aprovechar antes de que te "cazen", que luego no te dejarán respirar". Esto, lógicamente, me causó aún más estupor. Pero, prudentemente (en ese sentido sí he debido madurar) no le dí mas vueltas.

Agradezco su preocupación por mi aburrimiento. Mucho y muy sinceramente. Aún así seguiré saliendo los miércoles y los jueves (que sólo hay músicos, treintañeros con curros cómodos y algún estudiante). Y trataré de tener todos los fines de semana "aburridos" que pueda. Y, si me "dejo cazar" aprenderé a vivir con la nueva vida que haya elegido.

Vamos, que me estoy haciendo viejo.

2/10/08

Haciendo el bobo.

Bajo la luz de la luna me dijiste adios.

Hola a todas:

A veces creo que soy un tipo muy sentimental. Otras veces creo que soy demasiado sensible. Casi todo el rato creo que me paso de dosis de pena en mi vida. Y muchas veces creo que, simplemente, soy un gilipollas por mirar tanto hacia atrás.

¡Qué dolor, qué dolor, qué pena!

Oye, que me voy, despídete de mí. Vamos a hablar de ello, a recordarnos, como si fuese la primera vez y no la última. O como si fuese a la vez la primera y la última.

O, lo que es peor, el duelo a priori y en solitario. Como se que esta es la última vez que x juntos (paseamos por Mallorca, dormimos juntos, comemos un helado, echamos un polvo, echamos dos polvos seguidos, echamos dos polvos, uno de ellos en la ducha y otro en mi cama) me paso todo el rato en que hacemos x (incluidos los dos polvos) añorando lo que casi casi seguro que no volverá ocurrir.

En la mismita linea (de idiota) del que le gusta acumular "recuerdos memorables" trato de que, en algún sentido, sean extraordinarias estas ultimas ocasiones. Extraordinarias y llamativas casi por lo que sea. Preferentemente porque se carguen de emotividad, aunque a veces me vale con que sean originales. Y muchas de estas veces mis deseos de hacerlas memorables las hacen simplemente ridículas.

Un poco como los turistas japoneses (y muchos españoles), que más de disfrutar del sitio en el que están disfrutan de las fotos que hacen que les permitirán recordar (o presumir) de donde han estado.

En mi viaje que hoy concluye me he despedido, los seis días, de una isla, tratando de hacer todo lo que alguna vez hice aquí. También me despido de un amigo, cuyo destino tengo la sensación de que va a estar terriblemente lejos de mí. O, incluso, me despido de su soltería. O de un modo de vida, el mio, que se acerca a su fecha de caducidad. Todas estas cosas, claro, sin decírselo a nadie... sufriendo y siendo consumido tontamente por mis tontos recuerdos y mis tontas penas.

¿Cual es el límite que tiene que ponerle uno a la emotividad de los adioses? Lo mío no es funcional, pero al menos no te quedas con la sensación de no haberte dado cuenta. La despedida "a la francesa" quizá sea mejor: rápido, inconsciente e indoloro -o casi-. Y no me refiero a despedirse sin avisar al otro. Me refiero a despedirse sin avisarse a uno mismo.

Sin embargo el adiós no explicito evita una de las cosas buenas de verdad que tienen las despedidas: la posibilidad de dejar las cosas "cerradas". "Oye, que ya que es nuestra última vez, que sepas que x (no la sabes chupar, no soportamos a tu novia, te voy a echar mucho de menos, estoy enamorado de ti)". Las cosas que no se cierran quedan ahí, coleando para siempre, a veces simplemente se arrinconan y se cubren de polvo y se enrancian. Pero a veces se pudren, hieden y traen infecciones diversas. Así que antes de cerrar la casa, recomendamos tirar la basura, barrer y ventilar.

Y, pese a las ventajas que le veo, dudo. Porque explicitarse a uno mismo el adiós gasta mucha energía emocional. Quizá bajar la intensidad de la emoción ayudaría.

Total, que por mi perra de despedirme me acabé bañando en la playa en pelotas a oscuras y solo... El mar de noche y sin luna, sobre todo el mar empedrado, da miedo o duele. Y, a finales de setiembre, también da frío, escozor en las ingles y cara de imbécil cuando sales.

Hice el tonto, sí. Pero yo tenía que decirle a la isla que me iba. Aunque creo que a ella le daba lo mismo.