1/5/08

Otra fiesta pagana.

En la hoguera hay de beber.

Hola a todas:

Por el título podría parecer que el post va del primero de mayo, esa fecha que celebramos desde la mitad del XIX, recordando que en Chicago unos sindicalistas sociatas (sí, socialismo en Estados Unidos; sí, sindicalistas en Estados Unidos... ¿Qué se creen?) pelearon (y murieron) por la jornada laboral de ocho horas.

Pues no.

Es porque anoche estuvimos celebrando paganamente la venida de la primavera en lo alto de un monte.

¿Cómo celebramos? Pues como siempre lo hace el paganismo. Aquí, en el parque del Oeste y en las aldeas maories. Todo consiste en reunir mucha gente, flirtear y mamarse como escoceses.

Primero, un resumen. Como todas las venidas de la primavera, ésta también se representa como la batalla entre lo carnal y un equipillo vestido de blanco capitaneado por una vestal semigriega (inmaculada, con toquilla y paso altanero de jaca andaluza). Un ejército, el blanco, se pasea por la colina en procesión, con tambores y antorchas pero sin capirotes. Luego está el ejército rojo, más caótico, más violento, más desnudo. Los rojos atacan repetidamente a la hueste blanca, hasta que a la tercera va la vencida (lo que estoy contando no es una performance modernilla revisando el levantamiento bolchevique, no se dejen confundir por la fecha).
Un rollo muy druídico, casi animal, a la luz de las antorchas y las hogueras, pero no de las estrellas (porque llovía). Con tambores y sin gaitas (eso no me lo esperaba en una fiesta escocesa).

Vamos, que "las autoridades paganas" ponen a un montón de amateurs semidesnudos y folclóricos pintados de colores bajo la lluvia, de noche y en lo alto de un monte, no siendo Benalmádena en agosto sino Escocia en abril. Los más pudorosos fichan por el ejército blanco. Las más osadas (y los más osados) se pintarrajean de rojo, algunos se ponen cuernos, otros una capa negra. Una horda de Darth Mauls, hasta que se quitan las capas (luego sólo cuentan con el tanga). A todos les das antorchas y tambores y ya tienes una escena digna del Señor de los Anillos (la película).
Los blancos empiezan desfilando, como los Uruk-hai saliendo de Isengard. Y mientas el invierno se pasea, los del verano se calientan la sangre de cara a la batalla y la hipotermia. Una cincuentena de estupendas veinteañeras, carne 100% escocesa, revolcándose unas contra otras y sacándose la lengua, con el tetamen al aire en lo alto de la puta colina (ellos también marranean, claro, pero tienen menos interés). Luego los rojos hostigan al invierno, provocándolo (con las herramientas ya mencionadas). Y no se más, porque en ese momento decidimos que llovía demasiado para nosotros. No se cómo acabó la cosa, pero deduzco que venció el verano, porque ha amanecido soleado.

Resumen: la fiesta pagana consistio en echar al invierno mediante jóvenes que se contonean en pelotas de noche. A eso lo ponen cerveza... y sube la temperatura, lo juro.

Una vez expuesta esta bonita tradición autóctona, centrémoslos en el público que vino a celebrar. Como era un rollo "en un prao" y "tradición local" acuden sobre todo mochileros, hierbas diversos, porreros urbanos con rastas y chicas liberadas... ya se imaginan. Y algún autentico homeless que ha tenido el valor de llevar su jipismo hasta las últimas consecuencias (esa marginación social llena de tatuajes, con su patina de autenticidad; no envidiable, sí sorprendente). Y muchos, pero muchos, españoles. Cortado por ese patrón de "alumno estándar de biológicas" o "alumno estándar de filosofía y letras": mis padres son dos grandes profesionales liberales que me dan el dinero que necesito, la libertad de ponerme pendientes hasta en los ojos, por mi 18 cumpleaños me tocó un coche y paso tres meses cada verano en Cádiz...

La españolidad del evento me regaló los oídos, según huíamos del diluvio, con este comentario: “es imposible que esto sea de antes de los romanos… si antes de los romanos aquí no había gente… además como iban a calcular donde empezaba el verano si no tenían números… no ves que hasta aquí nunca llegaron los árabes”.

Vaya joya.

Lo primero, resaltar lo importante que es, antes de abrir la boca, tener claro lo que uno sabe y lo que uno no sabe. O, dicho de otro modo, con que fiabilidad se adecuan nuestros prejuicios/conocimientos a la realidad.

Además, 1) yo también dudo que la fiesta sea prerromana, al menos en su configuración actual, pero seguramente si celebran desde siempre la llegada del buen tiempo. 2) A los romanos se les dio regular vivir en Escocia pero, independientemente de eso, ellos no fundaron cada ciudad de Europa. 3) Los números existían antes que los árabes y 4) la gente era capaz de contar las estaciones (yo creo que Aristóteles sabia… puede que incluso Tales supiese) antes que los romanos, los árabes y seguramente antes del Homo sapiens.

Esto sólo es capaz de decirlo, mezcla de ignorancia y orgullo, la misma clase de gente que no concibe que existieran sindicatos socialistas en los Estados Unidos. Ni de que fuese allí donde comenzaron a pelear por reducir la jornada laboral de 16 a 8 horas. Y lo peor no es que lo ignoren, eso nos ocurre a todos con prácticamente casi todo. Es que se atreven a defender su ignorancia con “es imposible que…” y “no me creo que…”.

¿Cómo van a ser los americanos más progres que los europeos? ¿Cómo puede alguien saber contar antes de que los romanos, padrs de nuestra superior cultura, les enseñasen a hablar? ¿Cómo puedes llamarme ignorante, si soy el culmen de la civilización occidental? Yo se todo lo que hay que saber, y lo que no se no es cierto…

Porque, ¿qué han hecho los americanos por nosotros? Aparte de los acueductos, las calzadas, el derecho, la moneda y el latín… Pues lo mismo que los paganos…. estorbar.

Y, para terminar, no olvidemos lo importante: ¿No es realmente hermoso el cuerpo de una mujer a la luz del fuego? Y con el encanto extra de no estar haciéndolo a cambio de dinero.

¿Dónde más podría contemplar tal espectáculo?

¿Saben que en mi casa hay chimenea?

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