9/7/08

Liberal.

No te da derecho ni el derecho mercantil.

Hola a todas:

Tiro de diccionario: Partidario de la libertad individual y social en lo político y de la iniciativa privada en lo económico (RAE dixit).

Ahora tiro de diccionario propio: Liberal es aquel que pone la libertad individual por encima de cualquier clase de normativa/derecho de una comunidad.

Si se aplica al comportamiento social, nos referimos a gente que le parece bien que se folle antes del matrimonio, que te cases con alguien de tu mismo sexo o que los negros tengan tanto derecho a votar como usted y como yo (y quien dice los negros en los USA en los 60 dice los sudacas en España en el 2008). O al que no le importa que se vaya a recoger el premio Nobel en chanclas, se venda droga en el super o que los testigos de Jehova no admitan las transfusiones.

Si se aplica a la economía se refiere a gente a la que el estado le molesta. Les parece que la iniciativa individual y el conjunto de estas, que constituye "el mercado", debe ser lo único que regule la vida económica (la vida, en general) de las comunidades. Es decir, que les jode pagar a hacienda, TVE, la existencia del finiquito o que las operadoras de móviles pacten precios. Que no pueden dormir por la acción de oro de Telefónica, la regulación del precio del tabaco o los astilleros.

Es curioso que en estos tiempos modernos ambos mensajes parezcan no poder ir de la mano. O, al menos, eso se lee en mi esquema:
- Liberal en lo social y lo económico, anarquismo del clásico (o del menos clásico).
- Liberal en lo social y partidario del control estatal en lo económico, socialismo y comunismo sensu laxo (quiero decir, lo que hasta hace nada entendíamos por socialismo y comunismo)
- Liberal en lo económico y partidario de limitar las libertades individuales en lo social, la derecha como la entendemos aquí y ahora (o, al menos, como la entendíamos hasta hace igual de nada).
¿Que me queda?... ah, sí, partidario del estado y partidario de la regulación de las libertades individuales... ¿fascismo? (bueno, para ser fascista se necesita también un fuerte sentimiento nacionalista, de esos que justifican que ud. y yo no tengamos los mismos derechos porque vivimos en sitios distintos).

La realidad, por cierto, no se ajusta a este esquemático patrón... era sólo para aclararme, para no perderme, porque cada vez es todo más confuso (desde que se murió la ideología es difícil aclararse). Quiero decir, ni las izquierdas de ahora pretenden abolir la economía de mercado y dejar que el estado lo controle todo, ni las derechas de ahora quieren mantener el comportamiento social bajo un estricto control (como el que ejercía antes la iglesia, por ejemplo). La fusión y el mestizaje, tan de moda y tan fructíferos (ya saben, Manu Chao, Bebo y el Cigala, etc).

Eso sí, tampoco hay que pasarse. No hay que llegar a que la izquierda devuelva dinero de los impuestos en vez de repartirlo con “justicia”. O que la derecha prometa ayudas (hombre, si es a los empresarios…).

En fin, todavía ni he “encarrilado” el post. Porque la cosa no iba de decirles todo lo que no entiendo, sino de lo que entiendo. Quizá demasiado bien.

Me aburre ver en la tele/la radio/los periódicos/los blogs, o entre mis allegados, llorar a los que hasta hace nada se autodenominaban “liberales”. Ya saben, los de cero impuestos, viva el libre mercado y la mano invisible, mira como suben mis acciones de ACS y el valor de mi piso. Pues ahora esos han invertido el 100% de su tiempo en llorar y berrear pidiendo ayuda al Estado para sobrellevar la crisis (quien dice Estado dice Ayuntamiento, o dice sus padres).

Que las ideologías han muerto. Vale. Que la coherencia, incluso individualmente, es imposible de conseguir. Me lo trago. Que no sabía lo que decía. Desde luego. Que soy un farsante, sólo busco mi interés. Pues sí.

¿Dicen eso? Pues alguno habrá, pero no es lo que yo oigo. De hecho, cualquiera de esas razones los haría algo merecedores de mi respeto. Lo que no puedo soportar, sinceramente, es que sean completamente incapaces de darse cuenta de que su discurso de ayer es complemente contrario al que sostienen hoy. Que se sigan sintiendo “coherentes”. No es que pretendan vendernos la moto (eso tendría un pase), sino que son tan gilipollas que su única ideología es “dame lo mío”, “haz lo que sea para que yo está mejor”, “necesito más”… y no lo saben.

Lo que me molesta ni siquiera es que su pensamiento se reduzca a eso. Ese discurso también lo siguen los polluelos de paloma y mi hiedra y no pasa nada. Lo que me indigna es que no se enteran de que sus argumentos, leídos en su conjunto, sólo contienen eso: dame más. Y les juro, me consta, que hasta hace poco algunos eran seres humanos normales. Hasta inteligentes.

Debe ser que no oyen ni sus propios pensamientos por culpa de sus, también propios, gritos: mío, mío, mío, mío…

A ver si hay suerte, les dan lo que creen que es suyo y revientan. O, por lo menos, se callan.

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