19/6/08

Capear el temporal.

¡Menos mal que nos queda Portugal!

Hola a todas:

Todos los días hay que capear el temporal. Todos y cada uno de ellos. Los imprevistos esperan detrás de cada minuto para dar con todo al traste.

Todo.

Al traste.

No hay manera de que mis pronósticos se cumplan. Y, por tanto, tampoco los planes urdidos sobre estos pronósticos. Y eso que siempre contemplo las opciones más rocambolescas, o eso me parece a mí. Que empleo siempre la sentencia “Si quieres hacer reír a dios, cuéntale tus planes”. Pero ni por saber eso atino.

En fin. Que la vida no es el ajedrez. Ni el Puerto Rico. Vamos, ni el Risk. Uno piensa, calcula, prevé, estima… y traza un plan. Que al final siempre tiene que doblar y tragárselo, o algo peor.

Y, la verdad, es que es triste… porque lo que si tengo es tendencia a “jugar estratégicamente”, tratar de organizar mi vida pensando en el largo plazo. No pretendo ser Glenn Close, ni en “Damages” ni en “Las amistades peligrosas”, pero al menos me gustaría atinar de vez en cuando.

Quizá es que estimo mal las probabilidades de que las cosas ocurran en un determinado sentido. O quizá me cuesta descifrar las aspiraciones, posibilidades e intereses de los demás actores. O quizá los eventos improbables no son tan improbables. Porque te enamoras, te mueres o te toca la lotería. A ti, a tu protector o a tu adversario…

O quizá, simplemente, es que soy tonto del culo.

¿Se les da a ustedes igual de mal? Dicen que ustedes son mejores en esto que nosotros. ¿Cuál es el truco? ¿Qué hay que hacer para poder decir “me encanta que los planes salgan bien”?

Menos mal que me queda Portugal. Para salir por la puerta de atrás, lamerme las heridas, rearmarnos y volver al ataque. Con una nueva estrategia, escrita en luso.

Ese es el nuevo y flamante plan. A ver si dura.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Para que los planes salgan bien, lo mejor es hacerlos lo mas probables que puedas. Es decir, no pensar, si hago esto, entonces lo otro y asi hasta tener un gigantesco e improbable cuento de la lechera. Intenta que tus expectativas sean lo menos especulativos posibles y lo mas cercanos a la grisez general del universo... y asi, a base de aspirar a poco para evitar las decepciones se crea la mediocridad mediocre que nos rodea. Al menos, no duele.

Un saludo