4/10/07

Metrosexual.

Y ahora están atrapados los dos en la misma prisión

Hola a todas:

El otro día mi más mejor amigo maricón (o el más maricón de mis mejores amigos) me recomendó que me hiciese una liposucción si quería ligar más (es decir, si quería ligar algo).

Sí, es cierto que peso algo más de cien kilos y mido algo menos de uno ochenta... pero, ¿a tanto llega la cosa?.

Mi más mejor amigo maricón me dijo otras muchas cosas que algún día quizá merezca la pena comentar, entre las que no es poca cosa que soy "un claro exponente de la heterosexualidad", que "mi ropa interior es varios miles de veces más excitante que los KK" y que "visto lo visto, a las mujeres no les ponen los heteros, sino claramente los maricones". Claro que puede que quisiera seducirme con tales "piropos" (pero a estas alturas lo dudo; eran simplemente "piropos").

En lo que estaba: 3000 euros por perder 20 kilos. Eso me hizo pensar que merecía la pena comentar el cambio que en pocas generaciones se está produciendo en "occidente" (que ya es casi todo) en lo que hace "atractivo" a un hombre.

Con las chicas no hay duda (para mi no) sobre lo que resulta atractivo: ser, o en su defecto parecer, sana y joven. Hay mucha bibliografía, etnográfica y de índole más biológica al respecto. Siempre hay voces disonantes, claro, pero por motivos más ideológicos que científicos.

Con los hombres las cosas, en principio, tampoco son muy complicadas: nos hace "guapos" tener acceso a abundantes recursos (la salud, la simetría y todo lo demás no carece de interés, pero lo que más pesa es el "beneficio directo"). Desde luego hay muchos matices que hacer al respecto. Por ejemplo, cuando uno se pone a distinguir entre si se busca un novio o un polvo encuentra que las características preferidas por las mujeres difieren (para echar un polvo se prefieren más "guapos").
En cualquier caso, en líneas generales, nuestro atractivo no depende tanto de nuestro aspecto. Esto hasta hoy daba lugar a que "vender buenas motos" fuera siempre nuestra mejor baza para ligar. Todos sabemos que nuestras posibilidades de follar no dependen de nuestra cara o nuestro culo, o no sustancialmente.

Al menos, hasta ahora.

Yo entiendo que es triste que, tras miles de años de evolución cultural, de John Stuart Mill y Rousseau y el Concorde y Mondrian y los i-pod y las rebajas de enero, lo que nos sigue gustando a los hombres de las mujeres sea EXACTAMENTE lo mismo que antes de casi todo. Entiendo lo duro que debe de ser sentirse siempre observada y siempre juzgada y pasar infiernos mil para parecer sana y joven.
Desde luego, si a mi parte más racional le preguntan, no hubiera estado de más haber entendido que, viendo como ha evolucionado la manera de relacionarnos hombres y mujeres, la "belleza" no es lo importante (no lo más importante). Debiéramos haber aprendido a apreciar otras cosas. Por el bien general y por liberar a las mujeres del yugo de la imagen. Y que sea verdad, un poquito, lo de que la belleza está por dentro.

Siento que la humanidad no haya podido, la mitad masculina teniendo más culpa. Sinceramente.

Mi pena no esconde, sin embargo, mi cabreo. Es patético (e irritante) que se nos arrastre a nosotros al mismo pozo de la imagen (aunque se que a alguna le da risa) y que se nos empiece a evaluar exclusivamente por la buena, o mala, pinta que tengamos. Digo, que entiendo que las chicas esteis cabreadas, sometidas a tintes, liposucciones y maquillaje, al gimnasio y a Zara. Pero, hostias, no nos hagais esto. Aunque sólo sea por ahorrar en muertos por la anorexia, en muertos en operaciones de estética y en muertos por ingesta de anabolizantes. O en depresiones incurables de la autoestima. Aunque sólo sea por incrementar, en vez de disminuir, la tasa de felicidad global.

A los que venden cosméticos les conviene duplicar el mercado. Y a las tiendas de moda. Y a los gimnasios para urbanitas. Pero a nosotros (incluye, obviamente, nosotras), creo que no.

Jode infinito que solo te juzguen por tu imagen. ¿Por qué nos estamos dejando meter todos en el mismo saco, en vez de intentar salir?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

La culpa es de Beckham.
Pero al final es un espejismo: cuando han dilapidado parte de su tiempecito (y también del tuyo) tanteando a metrosexuales, se dan cuenta de que lo que quieren es lo que les impone su biología, un padre para sus hijos.

Silvando Contento dijo...

Pues a ver cuando me llega el momento (bueno, bien pensado lo de "padre" me está motivando lo justito).