20/2/09

Románticos.

Y si te vuelvo a ver pintar un corazón de tiza en la pared...

Hola a todas:

Una semana atrás nos cayó encima la sacrosanta y malparida festividad de san Valentín. Como últimamente la pasé solo, riéndome envidioso de las parejas que se miran a través de la luz de las velas, de los peluches gigantes y de los sobres de azúcar en forma de corazón. Lluvia de TE QUIERO y explosión de pompas de color de rosa (como las agujetas). Pop. Pop. Pop.

Ahí se escapa una…. POP

Eso de antes es el marco en el que me puse a sentirme melancólico (¿Quién podía resistirse?). A pensar en futuros imposibles que nunca serán y a añorar pasados perdidos. Y en pleno acceso melancolico recorde que hace años (muchos muchos años, pero muchos) alguien me dijo que no era nada romántico (¿Por haber ido a un sex shop a comprar un regalo de SanV... ? No ¿Por decir que el enamoramiento era una ficción de la mente, un engaño de las hormonas, que no era amor verdadero?... sí).

Y ahora las preguntas de rigor que, como siempre van de lo personal a lo personal pasando por diez minutos de meditación y una vuelta por la wikipedia:

¿Qué es ser romántico? ¿Lo soy? ¿Lo fui? ¿Lo seré? ¿Me servirá para algo?

Dice la RAE:
1- Perteneciente o relativo al Romanticismo (siendo el romanticismo un movimiento del XIX caracterizado por las ganas de suicidarse por tonterías y sentir la vida a tope, bañándose en lagos helados y yéndose a liberar Grecia... Lo importante es buscar la libertad ante todo y las ganas de romper con las reglas estrictas dando prioridad a los sentimientos).
4- Sentimental, generoso y soñador.

Respecto a 1, es difícil encajar en ese perfil, porque el mundo ha cambiado mucho y bla bla bla. Aún así creo que sentirme libre (que no serlo) me importa mucho (véase “La libertad os hará… ¿Libres?” y “¿Libres”)
Respecto a 4, analicemos los adjetivos de uno en uno:
Sentimental: ¿Pues no lloré viendo Toy story 2? Si no me creen, léanse algún (“La boda de mi mejor amiga”) post de los de ahí abajo.

Generoso: Vale que dejo que me inviten muchas veces al café... es cierto. Pero no es menos cierto que no me tiembla el pulso para levantarme a las 3 (A.M.) para llevar a alguien al aeropuerto, o devolviéndote los 50 euros que se te acaban de caer (¡pringada!). Eso sin contar mi generosidad asistiendo a todas las cenas a las que me invitan.

Soñador: Si les parece poco creer que este blog me va a servir para ligar ser poco soñados... Ah, que les parece poco... bueno, pues quise ser científico para hacer un mundo mejor... ¿mejor?. .. Tampoco. A ver esto: pudiendo haber sido fisio, príncipe o dentista opté por estudiar biología... aunque a un tris estuve de hacer filosofía. ¿Es ya bastante?

Yo diría que sí soy romántico. Como corolario a ser idealista, a que aspiro a que el mundo sea como yo creo que estaría bien que fuese. Y no al revés, adaptando mis creencias, gustos y necesidades a lo que el mundo es.

Era romántico cuando creía que enamorarse era un timo. Sí, porque yo quería que el amor fuese un acto de elección, consciente, evaluado, voluntario. No fruto de las pulsiones del cuerpo, que suelen partir de necesidades... y por tanto que no dejan mirar con libertad, sino manchadas por la urgencia.
Por eso defendía el amor sin enamoramiento. Porque era más real, hacía más justicia a las personas. Las quería querer por lo que eran, no por lo que me hacían sentir.
Por supuesto era una persona completamente incomprendida... era la época en que todo el mundo creía que el amor era algo que pasa, irracional, irreflexivo... Ya saben a lo que me refiero: a las noches sin dormir, las llamadas de teléfono eternas, el carrusel de emociones... A mí me parecían mentiras. Las mentiras del cuerpo, de mi cuerpo. Pero mentiras. Así que cuando todos querían enamorarse, yo me creía a Erich Fromm.

Ahora sigo siendo romántico. Eso sí, he aprendido a valorar los subidones que nos regala la fisiología. Los demás también lo han aprendido, pero para mal. Ahora a mi alrededor reina el pragmatismo en las relaciones. “Tienes que buscar”. “Si no buscas no encontraras”. Es un tratamiento funcional de los demás, es "consumo". Necesito tal (no estar solo, compartir una hipoteca, reproducirme, follar), así que voy a buscar a otro con las mismas necesidades y a fundar una S.A.
Pues bien, mal que me pese, sigo empeñado en no utilizar a nadie pa salvar mis necesidades, en no buscar demasiado (estar abierto sí, buscar no).

Como decía aquel, siempre a contracorriente. Loco por incordiar y disparando pan de higo. Queriendo hacer comulgar al mundo con las ruedas de molino de lo bonito y lo bueno y lo sensato, en vez de comulgar yo con las de lo satisfactorio y conveniente.

Ganará él seguro. Pero yo seré el último hombre en pie (léase “last man stand”).

¿Soy o no soy romántico?

¿Por qué cojones no lo son ustedes también? Serán muy bienvenidas al Club de los Imposibles.






N.dA.: Sí, con tanta referencia a post pasados parece uno de esos capítulos resumen de las series americanas en que, alrededor de una excusa, se pegan escenas de diferentes capítulos de la temporada.

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