14/1/09

Un cuento colorao.

Verás que contento me voy a la cama y tengo lindos sueños.

Hola a todas:

¿Han probado a coger un avión de empalmada?

Yo tampoco.

Anoche estuve en un concierto del grupo que más veces he visto en directo (por goleada). No voy a decir quienes son por no hacerles publicidad gratuita que no merecen (no, al menos, entre señoritas de la clase y finura de ustedes). El caso es que aprovecharon que tiene más de 200 temas en su discografía (más de 200... pues sí, más) para sacar a relucir algunos de esos "grandes temas olvidados por casi todos". Me puse a darle vueltas porque, pese a tener ya mas de 15 años (no yo, la canción), está de plena actualidad (o no... o sí... que la tarara me gusta a mí). Paso a reproducirlo sin estrofar y que lo disfrute el que quiera:

El orangután se balanceaba con su talismán en la tela de una araña. El orangután tiene su orangutana y llueve maná para la manada. ¡Qué suerte da tener un talismán!

Un talismanito y dos talismanitas tiene el talismán con su talismana. Da felicidad a los orangutanes y a cambio vive en la tela de la araña. ¡Qué suerte da tener un talismán!
Si tiene talismán, él que juega gana. Salta de alegría y gana una medalla. Si es orangután, gana una banana. Y desayuna así todas las mañanas. ¡Qué suerte da tener un talismán!
En el cuento hay alguien con quien no se contaba: quien tejió el columpio fue la araña. Si se harta y lo rompe cabreada, caerá y se acabó lo que se daba. Y el orangután odiará su talismán.
El orangután y sus familiares no tendrán más telas ni juegos malabares. Se acabó el maná para la manada. Si hace hambre hoy, peor será mañana. No hay que confiar en un talismán.
Este es el uso que hacen los talismanes de las arañas y de los orangutanes. Si ves brillar algo entre los matorrales, piénsalo y nunca te agaches.

Joder, ahora que lo veo escrito, ya no me parece tan interesante. Ni tan comprensible. Ni esclarecedor.

Será el jetlag.

A lo que iba. Que aunque sea cierto que los esfuerzos que se hicieron para librarnos de los talismanes causaron más dolor e infelicidad de la que aliviaron, al menos alguien se puso manos a la obra. A currar en algo que no fuera salvar su propio culo y llenar su propio buche, sino el de todos. Un brindis (de resaca) por aquellos tiempos en que se creía que las cosas se podían arreglar.

Que no eran tontos, morena. Que eran valientes.

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